Agencia
Moscú.- Rusia obligó ayer a nuevas restricciones para detener el avance del Coronavirus, que generó récords de decesos en sus dos principales ciudades afectadas por la variante Delta, en plena propagación en el planeta y responsable de un freno en la apertura de las actividades en países impacientes por retornar a la normalidad.
Tanto Moscú, con 124 decesos en las últimas horas, como San Petersburgo, con 110, superaron sus respectivas marcas diarias de fallecidos por el COVID que alcalzaron el sábado y domingo con 114 y 107 respectivamente.
Con 134 mil fallecidos y 5.4 millones de contagios según el balance oficial, es el país europeo con mayor pérdida de vidas.
De acuerdo con el alcalde, Sergei Sobianin, la nueva “ola” ocasionó que al día requieran hospitalización unas 2 mil personas y el 75 por ciento de sus camas disponibles están ocupadas.
Lo anterior a pesar de la aplicación progresiva de medidas restrictivas, como la vuelta al teletrabajo obligatorio para una parte de la población, la vacunación obligatoria para empleados del sector de servicios o la creación de un pase sanitario para ir a restaurantes en la zona a partir del ayer.