- Por Andrés Timoteo / Columnista
LOS TRES VIEJITOS
No es una falta de respeto porque no se alude a su edad – aunque la mayoría de los adultos mayores son gente sabia y respetable, pero éstos no- sino es una referencia a su comportamiento y sobre todo a sus propuestas: anquilosadas, prejuiciosas, engañosas y hasta injuriosas. Los tres viejitos que son candidatos a la presidencia municipal de Córdoba “debatieron” el pasado viernes a convocatoria del Organismo Público Local Electoral (OPLE) y la sesión fue soporífera. Por alrededor de una hora solo provocaron bostezos y aburrimiento.
Las preguntas de los moderadores tampoco ayudaron, fueron demasiado fútiles y su conducción muy deficiente. A los candidatos que se hace referencia son Guillermo Rivas de la alianza PAN-PRI-PRD, Juan Martínez de la coalición Morena-PT-PVEM y Tomás López nominado por Movimiento Ciudadano (PMC). Claro, la competencia real es entre los dos primeros, Rivas Díaz y Martínez Flores, pues entre ellos quedará la alcaldía cordobesa.
El candidato López Landero es meramente anecdótico. Su participación en la contienda es fruto del resquemor contra su hermana, la alcaldesa Leticia López, no porque quiera servir a los cordobeses ni mucho menos. Este señor no va a ganar, solo es el discordante y folclórico de la justa, un tanto pendenciero pero vacío de propuestas y muy lejano de la confianza ciudadana.
Pues bien, el debate que no fue debate sino una perorata en soliloquio la cual solo tuvo dos momentos importantes para la cobertura periodística -ojo, fue para dar la noticia escandalosa no porque se tratara de propuestas interesantes para el ciudadano o un intercambio de ideas de altura- que se dieron al inicio y al final. Arrancando la presentación de los participantes, el anaranjado López Landero aseveró que el acudió a debatir con su carnala, Leticia López, pues tanto Guillermo Rivas como Juan Martínez la representaban.
La respuesta vino de Rivas Díaz en el mismo momento de su presentación al decirle, palabras más, palabras menos, que él está dolido con la hermana porque le pagó la campaña electoral en el 2017 y no pudo cobrarse la inversión metiéndole mano a la tesorería municipal. “No te pagó”, se burló. Y todos se emocionaron pensando que el debate sí sería debate, pero traían la pólvora mojada porque durante todo el encuentro ni se sacaron la lengua ni se hicieron trompetillas y ni siquiera una señal obscena. Aburrición total y hasta a la prensa le quedaron a deber una noticia más importante.
Solo en su última intervención, el morenista Juan Martínez exhibió una fotografía de Guillermo Rivas junto a la alcaldesa López y a su hijo, Isaac Luz, rompiéndola al momento que decía que “Córdoba no merece seguir siendo gobernando por estos personajes”. Fue todo. No tuvo la valentía de hacer una crítica formal y abierta a la alcaldesa que tiene al ayuntamiento y a la ciudad patas para arriba.
Por supuesto, la lectura política es que sin ser candidata ni haber estado en ese “debate”, la edil López Landero fue el tema más llamativo del encuentro. Y no porque ella sea una política avezada que domine la coyuntura electoral ni porque controle a los contendientes, sino porque es una especie de ‘papa caliente’ y apestosa que unos y otros se avientan. Estar ligado a ella es oler a corrupción y espantar a los electores, por eso los tres viejitos la sacaron a colación y se la recriminaron mutuamente.
El destino es caprichoso pues casualmente la única candidata en la contienda por el ayuntamiento y que estaba en ese “debate” ¡¡se llama Leticia!! Vaya, mal fario para la señora. Se trata de Leticia Márquez Barajas, una lopezobradorista arrepentida pues hace apenas un año formaba parte del magisterio que apoyaba la “cuarta transformación” y de repente apareció como candidata del partido “Unidad Ciudadana”. Bueno, hay que aclarar que no comete traición completa sino que es utilitaria pues ese partido local está financiado por palacio de gobierno, léase: por el morenista Cuitláhuac García.
El resto de lo que dijeron los participantes -no tiene caso citar a todos pues a excepción de los tres mencionados al inicio, los demás son decorativos- fueron lugares comunes, propuestas etéreas de siempre, promesas al por mayor y hasta ocurrencias y engañifas. Por ejemplo, Rivas Díaz se aventó la puntada que para fomentar el desarrollo social y sustentable va a poner “más jardineras y unas banquitas para levantar el centro” – se deduce que el centro histórico de la ciudad-.
Pero el que se llevó el primer lugar -tal vez por eso dice que ganó el “debate”- en disparar mentiras fue Tomás López Landero al anunciar que a partir del primero de enero del 2022 “Córdoba tendrá un alcalde que no es político”, haciendo referencia a sí mismo. Si el señor fuera Pinocho, la nariz le llegaría hasta la Sierra del Zongolica donde juraba que vivía y por la cual fue legislador en varias ocasiones, no por Córdoba. López Landero se asume como no político, pero ha vivido de la política durante los últimos años siendo diputado federal y local, y ahora quiere ser presidente municipal.
Además, el tipo ya estuvo en el PAN, luego se fue al PRI, después a Morena y ahora está en el Movimiento Ciudadano. Ya se parece a Guillermo Rivas quien se presume “candidato ciudadano”, pero lleva las siglas de los partidos de siempre y hace años sirvió a los grupos políticos más cuestionados que saquearon al ayuntamiento. ¡Cuidado con estos viejitos porque son mentirosos y ladinos! En ellos se cumple el refrán de que “chango viejo no aprende maroma nueva” -con todo respeto y disculpas ofrecidas para los changos, obviamente-.
DEBATES INFALTABLES
El próximo 31 de mayo, el OPLE realizará el debate entre los candidatos a la alcaldía de Fortín de las Flores donde uno de los punteros es la panista Lilia Torres. Habrá que esperar que allí se digan sus verdades, se midan en su retórica y que no repitan el aburrimiento que se dio en Córdoba.
Por cierto, están circulando algunos sondeos que indican que a menos de dos semanas de la jornada electoral la contienda está cerrada en ese municipio.
En Orizaba no hay fecha para que debatan los candidatos a la alcaldía, al menos en el sitio web del OPLE – llamado Pronuver (veracruzdebate.org)- no aparece, pero ahí será también interesante el frente-a-frente de dos antiguos conocidos, antes aliados y hoy rivales -al menos en apariencia -, Víctor Castelán y Juan Manuel Diez. A ver si se atreven a debatir o le huyen al ejercicio para que les saquen los ‘trapos sucios’. No sería raro que rehúyan al debate pues ya hubo candidatos impresentables o que se rodean de impresentables que lo hicieron para no ser cuestionados.
Un caso de esos es el del senador con licencia y actual contendiente por la alcaldía de Xalapa, Ricardo Ahued, quien se ha rehusado a asistir a los debates organizados por algunos medios informativos debido a un simple motivo: no quiere hablar del desastre que tiene el actual edil, también morenista, Hipólito Rodríguez ni del fatídico gobierno de Cuitláhuac García. Tampoco que le pregunten por los cuatro candidatos a las diputaciones federales y locales – Claudia Tello, Ana Miriam Ferráez, Rosalinda Galindo y Rafael Hernández Villalpando- que se le cuelgan de sus valencianas para ser reelectos a pesar resultaron un fiasco.
Acorralado, Ahued se sacó de la solapa la vieja excusa de que debate es con los ciudadanos. “En cada caminata que doy por la ciudad, me enfrento a un verdadero debate de propuestas e ideas, pues xalapeños y xalapeñas tienen claro lo que debe hacerse por la ciudad y me lo hacen saber, exigiéndome que trabaje en ello en cuanto tome posesión”, dijo el viernes pasado. Traducción: le da pavor debatir porque se vería obligado a justificar o a criticar la hecatombe del ayuntamiento y la holgazanería y corrupción del gobernante estatal y de los diputados
morenistas.
El hidalguense recurre a un desgastado y falso pretexto, pues los ciudadanos no debaten porque no están en competencia. No, ellos quieren ver los debates que son importantes en las campañas electorales, porque sirven para confrontar proyectos, comparar propuestas, conocer soluciones a los problemas cotidianos de la ciudad y de sus habitantes, ver la capacidad de tribuna de los contendientes, escuchar cómo defienden sus propuestas y arropan su viabilidad cuando otros las cuestionan. Y debatir tampoco es ir a recitar sino a discutir -ojo, que no significa pelear, aunque si lo hacen el público estará más que satisfecho-. El que no debate no es demócrata, sino un cobarde de la política.
En el puerto de Veracruz tampoco hay fecha oficial para el debate del OPLE. Allí hay hay otro escenario que hace hervir el morbo colectivo y esperar con ansiedad ese encuentro para discutir propuestas y, si bien le va al público, darse de sombrerazos. Esto después de que la semana pasadam, el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), anuló la candidatura del panista Miguel Ángel Yunes Márquez por no cumplir con el requisito de una residencia efectiva de tres años en el municipio.
La candidata sustituta es su esposa, Patricia Lobeira, hija del ex diputado local, Juan Lobeira, pero el equipo de campaña afirma que es “temporal”, porque están seguros de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le devolverá la nominación al exalcalde de Boca del Río. Por lo mientras, el reloj está en cuenta regresiva para el debate, porque ya solo quedan diez días de proselitismo contando este lunes. Xalapa y Veracruz son las alcaldías mas codiciadas y los debates entre los aspirantes a presidirlas, por ende, son infaltables.