- Por Andrés Timoteo / Columnista
MITAD DE CAMPAÑA
Veracruz está a la mitad de las campañas electorales de quienes aspiran a un cargo de representación local y se llegó a los tres cuartos, el 75 por ciento, de la temporada de proselitismo para los que van a las diputaciones federales. De los 20 mil 292 cargos que se renovarán en todo el país, Veracruz es el estado que acumula más con 262 porque se eligen 212 alcaldes, veinte diputados federales y 30 locales, sin contar con los plurinominales ni los síndicos y regidores.
Así, en solo en poco más de dos semanas terminarán las campañas proselitistas de los candidatos. Es decir, contando este lunes, dentro de 17 días -el 02 de junio- se paralizará toda promoción de los que fueron postulados por los partidos o alianzas partidistas y en tan solo 21 días se realizará la jornada electoral que cambiará, por supuesto, el mapa político de la entidad y del país.
Son elecciones intermedias sí, pero también evaluativas y calificadoras porque algunos las consideran una especie de plebiscito sobre los gobernantes y partidos que están en el poder. Entonces, el 06 de junio no solo se elegirán legisladores, ediles y en algunos estados gobernadores, sino también se refrendará o retirará la confianza al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su partido, Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Es evidente que los mexicanos están ante la oportunidad histórica de ponerle un contrapeso de gran calado al tabasqueño porque si Morena junto con sus partidos aliados, el del Trabajo y Verde Ecologista, no logra el triunfo en la mayoría de los 300 distritos electorales será la oposición la que tenga el predominio en San Lázaro y para la segunda mitad del sexenio obradorista frenará todo proyecto que sea considerado lesivo y obligará al caudillo a cabildear y negociar lo que ahora no hace pues simplemente impone y todo lo aprueban “sin moverle una coma”, como él mismo alardea.
Lo mismo para Veracruz, pero mucho más potencializado. Por ejemplo, una mayoría opositora en el congreso local homologará la legislación para que en el 2022 se convoque a una consulta revocatoria del mandato de Cuitláhuac García y seguramente la opinión popular expresada en las papeletas del ese referéndum lo obligará a irse antes del 2024, ¿no suena a música en los oídos? Pues en veinte días los electores podrán hacer real dicha posibilidad.
También hay otro escenario prometedor para la entidad aunque nefasto para el cuitlahuismo: la próxima legislatura podrá destituir y llevar a tribunales a la fiscala carnala, Verónica Hernández Giadáns. De hecho, debería ser lo primero que hagan el noviembre próximo cuando entre en funciones. Fincar juicio político a Hernández Giadáns, destituirla y obligar a García Jiménez a proponer a un sustituto más decente y sin el maniqueo de usar a la Fiscalía como ariete contra los críticos del régimen y los opositores políticos.
Y si quieren más música de embeleso pues cayendo la fiscala queda en vulnerabilidad el personaje más repudiado del gabinete. Sí, acertaron, el otatiteco Patrocinio Cisneros, porque desde congreso local se presionaría a que exhiba los resultados del examen de confianza que exige el Sistema Nacional de Seguridad Pública o pedir su destitución en el caso de no tenerlos, que es lo más seguro. Eso también aplicaría al titular de Seguridad Pública, el neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado. Por eso el voto del 06 de junio será también un ‘limpiador’ del gabinete cuitlahuista. Muchos caerán si la papeleta se marca bien y contundente.
Por lo pronto, las dos semanas que vienen serán tanto intensas como peligrosas. Los del gobierno estatal tiemblan de desesperación por los pronósticos negativos y la violencia oficial y del crimen organizado se intensificará. Es curioso, pero en la entidad no se había tenido un proceso comicial tan violento desde el del 2007 cuando el priismo copado por la fidelidad pidió ayuda a las organizaciones criminales para obligar al voto masivo para sus candidatos y emprendió una campaña de terror contra los opositores usando también a la policía estatal.
La diferencia es que hace 14 años el tricolor se llevó ‘carro completo’ en los ayuntamientos – ganó 158 de 2012- y en la legislatura del estado con el triunfo en 28 de los 30 distritos, y en esta contienda todo parece indicar que Morena con sus aliados en la coalición “Juntos haremos historia” apenas si lograrán una carreta jalada por bueyes.
SEMANA DE ARTILUGIOS
Si el lector echa un vistazo a lo sucedido la semana pasada, confirmará que el tabasqueño López Obrador recurrió a todo tipo de maromas discursivas y pólvora mediática para distraer la atención de la tragedia de las Línea 12 del Metro en la Ciudad de México cuyo origen fue la corrupción y la negligencia en las que están embarrados su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y la actual jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, ambos sus posibles sucesores para el 2024.
Hizo cuanta girándula se le ocurrió para escandalizar a la opinión pública a fin de que se olvidara el golpazo a Sheinbaum, su nuera, y Ebrard, su salvavidas: se le puso al brinco al gobierno de Estados Unidos acusando intervencionismo para financiar organizaciones golpistas y partidos opositores, revivió el tema de la reelección afirmando que trabajadores de la refinería Dos Bocas le pidieron continuar como presidente después del 2024.
También se declaró delincuente electoral al mandar a la Fiscalía General de la República (FGR) a arremeter judicialmente con los candidatos opositores a la gubernatura de Nuevo León, dio un concierto musical el lunes durante la conferencia mañanera el pleno 10 de mayo y dejó afuera de palacio nacional a las madres de los desaparecidos, y de volvió atacar a la prensa con nombres y títulos. Es más, algunos acuciosos sostienen que esa frase lamentable de mandar ‘¡al carajo!’ a las víctimas del accidente en el Metro la hizo con toda la intención de atraer los reflectores hacia su persona y quitárselos a Ebrard y Sheinbaum.
Despreciar abiertamente a los damnificados por el accidente de la Línea 12, dicen, fue una inmolación pública para salvar a sus delfines con el entendido de que por más pifias, desatinos, insultos y hasta violaciones a la ley que cometa nadie podrá vulnerarlo porque como él mismo lo ha dicho muchas veces, es “indestructible”. Todo lo que hizo la semana pasada fue con esa intención, atajar la hecatombe política de su proyecto, su “cuarta transformación” que se habría desplomado junto con la ballena del Metro.
Lo malo es que no le funcionó porque la gente sigue escandalizada, adolorida y enojada por la tragedia y la indolencia gubernamental así como los intentos de los diputados de Morena para proteger a los responsables de la misma -como en los viejos tiempos del autoritarismo priista y los sinvergüenzas panistas -. El caso con sus 26 muertos sigue ardiendo en el tendedero mediático y los delfines presidenciales hundiéndose al igual que la intencionalidad del voto para los candidatos marrones.
Para las tres semanas que restan antes de los comicios, advierten los observadores, el tabasqueño intentará azuzar un escándalo mayúsculo, un golpe de fuerza, casi desesperado contra los opositores o contra sigo mismo para tratar distraer a los votantes del tema de la Línea 12 del Metro y aminorar el impacto electoral . El tiempo se le agota y el “mal humor social” – como se decía en el peñato- se eleva. Todos estén preparados para la tramoya que sacarán en palacio nacional.
HUATUSCO, DOBLE JUEGO
Algo tiene la llamada ‘Tierra de las Chicatanas’ que el gobierno estatal muestra especial interés en hacerse del ayuntamiento pues allí lleva doble candidato, uno por Morena y otro por el PRI. Ninguno de los dos es de izquierda ni progresista ni luchador social ni mucho menos práctica esa doctrina de “no mentir, no robar y no traicionar”. Ni en sueños.
Por Morena fue impuesto -así lo dicen los mismos militantes morenistas que de la noche a la mañana se amanecieron con su nombre en la candidatura – el panista Ventura Demuner Torres quien en el 2017 ya perdió los comicios municipales. Demuner era precandidato nuevamente en Acción Nacional apenas una semana antes de brincar al morenismo. Ahora se viste de guinda y habla de las bonanzas de los gobiernos de López Obrador y Cuitláhuac García intentando engañar a los huatuqueños.
Claro, los militantes de Morena están que trinan contra su partido porque varios de ellos literalmente se han jugado la vida durante años de resistencia desde la izquierda y en las luchas populares y ahora les incrustan un advenedizo que hace poco escupía todo tipo de ofensas contra ellos. Por si les sirve de consuelo a los morenistas huatusqueños hay que decirles que no son los únicos pues en casi todos municipios impusieron candidatos venidos del PRI, del PAN y de sitios peores.
Palacio de gobierno también juega con otro candidato en Huatusco, el ex alcalde y ex diputado Miguel Sedas Castro quien porta las siglas del tricolor pero obedece y opera para el morenismo. Allí no se logró la alianza PAN-PRI-PRD y esos partidos fueron por separado ya que Huatusco fue uno de los lugares donde la intervención del gobierno estatal logró disolver dicha coalición opositora.
Alguien podría alegar que Sedas Castro -que ya ha brincado del PAN al PANAL, luego al PRI, después al PVEM y ahora de regreso al tricolor – no representa gran cosa, pero el peligro es que su esposa, Balducina Tejeda, es la actual alcaldesa y usa el aparato estatal para operar a favor del cónyuge y también del candidato de Morena, Demuner Torres. La edil está como la de córdoba, Leticia López, meciéndose en dos columpios pues tiene acuerdo con palacio de gobierno.
Esos dos, Sedas y Demuner, van contra el candidato del PAN, Urcino Méndez Gálvez, ex diputado federal y ex alcalde en el trienio 2001-2003, hace ya casi veinte años. No es muy popular ni tampoco traer recuerdos positivos de su desempeño público, pero la ventaja del panista Méndez Gálvez es que los huatusqueños repudian a la alcaldesa Balducina Tejeda y aún más a su marido, Sedas Castro, quienes llevan más de una década viviendo del erario.
Además, los electores saben que desde el ayuntamiento apoyan subrepticiamente al morenista Demuner Torres. Vaya, ¿quién iba a decir que los Sedas Tejeda y Demuner Torres se iban a perder el asco y ahora vayan de la mano bajo la mesa luego de que en el 2017 se enfrentaron hasta a mordidas en la contienda electoral? Pobres huatusqueños.