Con pandemia o sin ella, el mundo nunca se queda quieto. Quizá no hay otro lugar donde esto sea tan evidente como en Islandia, donde un volcán se ha despertado de un sueño de seis mil, más o menos.
El resplandor de la lava burbujeante que sale del volcán Fagradalsfjall se ve desde las afueras de la capital islandesa, Reikiavik, a 32 kilómetros (20 millas) de distancia. Para otros en lugares más lejanos, siempre está la emisión en vivo.