Córdoba.- El gobernador Javier Duarte de Ochoa ha sido menospreciado por el presidente Enrique Peña Nieto, la prueba esta en que la pasada columna, Edgar Hernández resalta que en realidad no todo ha sido bueno en las relaciones del Gobierno de Veracruz con el poderoso Gobierno Federal.
La amistad entre el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Javier Duarte no está a partir de un piñón, y tal vez no sea del todo cierta la versión del boletín sobre la luna de miel entre ambos mandatarios. El lunes, en el marco del evento centenario tan emblemático para Veracruz hubo una nueva prueba de que las cosas no andan tan bien. El presidente Enrique Peña Nieto olvidó citar al anfitrión en su discurso. ¿Descuido? ¿Intencionalidad? (se pregunta Edgar, y en realidad así fue: no lo mencionó a pesar de ser el anfitrión; lo ignoró por completo, y Duarte de Ochoa no sabía cómo hacerle para hacerse notar, algo que el Ejecutivo Federal desdeñó)”.
Y agrega: “Y no solo eso, el gabinete, los legisladores y los invitados del mandatario estatal fueron relegados a gayola, a soportar casi dos horas de un sol inclemente. El mismo gobernador Javier Duarte fue tratado con extrema seriedad y colocado a distancia. La molestia de Peña Nieto fue manifiesta en todo el evento y el Estado Mayor de la Presidencia de la República respetó la consigna de no dejar que se acercara nadie que no fuera del gabinete federal”. En una entrega anterior citamos lo que dice este martes el periodista Raymundo Jiménez en su leída columna “Al pie de la letra”: “Por si alguna duda quedaba acerca de la antigua Presidencia imperialista que parece estar reencarnando en Enrique Peña Nieto, igual pasó en la ceremonia conmemorativa del centenario de la Gesta Heróica de Veracruz, el mandatario mexicano dio otra contundente muestra de su centralismo avasallador. Y es que en el presídium, el mandatario mexicano fue flanqueado por los secretarios de la Marina Armada de México y de la Defensa Nacional. Y con excepción de Javier Duarte de Ochoa, el gobernador anfitrión, que fue sentado en la tercera silla a la derecha de Peña Nieto, toda la primera fila fue ocupada por los Secretarios de Estado y miembros del gabinete presidencial que acompañaron a su jefe, entre ellos los secretarios de Gobernación, de Hacienda, de Comunicaciones y Transportes, de Turismo, de Relaciones Exteriores, de Educación Pública y el procurador general de la República. Los otros representantes del Gobierno del Estado, la del Poder Legislativo, diputada Anilú Ingram, presidenta de la mesa directiva de la LXIII Legislatura local; y el del Poder Judicial, Alberto Sosa Hernández, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado –quien inclusive asistió al evento pese a estar recién recuperado de una operación quirúrgica que le fue practicada la semana antepasada–, fueron relegados en la segunda hilera, junto a los ayudantes del jefe del Ejecutivo federal y de los titulares de las Fuerzas Armadas. Y eso que la ceremonia era para recordar la gesta heroica de los veracruzanos”. Y nosotros agregamos: ¡no se hagan bolas! Enrique Peña Nieto vino a Veracruz porque no le quedó de otra, ya que en círculos políticos de la ciudad de México el comentario es el mismo: Peña Nieto no quiere a Javier Duarte, y en todos los eventos a los que ha concurrido últimamente a Veracruz lo sienta –u ordena sentarlo- alejado de su persona, incluso, en eventos de la Conago o encuentros con Gobernadores, y no es para menos. Ayer Javier Duarte enfrentó por enésima ocasión el rechazo de los veracruzanos que se manifestaron junto con profesores finalmente reprimidos cuando intentaron llegar ante Peña Nieto para denunciar las tropelías de la administración duartista en todos los órdenes. No nos hagamos bolas; hasta el saludo presidencial fue frío contra Duarte, que se desvivía por llamar la atención del Jefe del Ejecutivo Federal que, una vez más, mostro su menosprecio. Ni hablar, o se enderezan las cosas en materia financiera, de seguridad y respeto a los derechos humanos, o aquí habrá un “granierazo” (por aquello del ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier) incluso, antes de que finalice el sexenio. Al tiempo…