- El ex diputado federal del PRI desmiente nexos con la alcaldesa de Córdoba y ser favorecido con obra pública
- Marco Antonio Aguilar Yunes, en entrevista, negó las acusaciones en su contra vertidas por Carina Hernández
- El ex diputado federal del PRI desmiente nexos con la alcaldesa de Córdoba y ser favorecido con obra pública
Córdoba.- Luego de asegurar categóricamente que no tiene ni ha tenido vínculos con la alcaldesa de Córdoba, Leticia López Landero, y mucho menos ha sido beneficiado con obras pública, el ex diputado federal del PRI, Marco Antonio Aguilar Yunes, calificó los ataques -incluida una denuncia en su contra- como acciones siniestras y oscuras de algún militante de Morena que no se atreve a dar la cara por cobarde.
Cabe mencionar que al también ex secretario de Trabajo y Previsión Social en el estado se le involucra en una denuncia presentada ante la Unidad de Inteligencia Financiera por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita y, se afirma, que gracias a favores políticos brindados a Leticia López su suegro, Armando Aguilar Larrinaga, ha realizado un sin número de banquetas y domos para escuelas en la zona rural, entre otros proyectos.
Ante las acusaciones formuladas por la ciudadana Carina González (a quien dice no conocer), Marco Antonio Aguilar Yunes puntualiza que no pudo, ni le correspondía impugnar en 2017 el triunfo de la actual actual alcaldesa, por varias razones: “primero, porque era yo representante del PRI en el estado, no a nivel municipal; segundo, por carecer de facultades; tercero, porque mi candidato, el doctor Luis Diaz Barriga, quedó en tercer lugar y muy distante, no había manera para impugnar la elección a favor del PRI y yo no era ni pertenezco a Morena”.
“La señora Leticia López Landero tiene tres años en la presidencia municipal y sólo la he visto cuando tomó protesta. No la he visto, no he hablado con ella, no he tenido el mínimo trato en tres años con ella, ni siquiera por teléfono ni por mensaje. Tampoco me han dado ninguna obra y pueden consultar la página de transparencia del ayuntamiento, entrevistar a la alcaldesa o por cualquier otra vía y confirmarán que estoy limpio”, agregó el entrevistado.
Por otra parte y tras insistir que detrás de todo esto hay intereses políticos como parte de la guerra de candidatos de Morena que aspiran a la alcaldía y hay quien piensa que con todo esto afecta a Juan Martínez y de pasó a mí, pero “me parece ruin y cobarde”.
“Mi suegro Armando Aguilar Larrinaga es un empresario que, como otros, tiene sus negocios y sí hizo banquetas, el Parque Centenario o cualquier otras obras, pues son cuestiones que atañen solamente a él, a su empresa y a cumplir con los mandamientos que la ley da, tanto para licitar como para generar una obra”, mencionó durante la entrevista concedida a El Buen Tono.
Aguilar Yunes, quien fue subprocurador de Justicia en el estado, refirió a este periodista que ha sido, es y seguirá siendo priísta, porque su padre también lo es y no tiene ningún interés, ni mucho menos injerencia en las decisiones de Morena y entonces le resulta siniestro que ahora también quieran involucrar a su familia.
Aseguró que después del proceso electoral acudirá de manera voluntaria ante las instancias competentes para responder cualquier duda que haya con respecto a la denuncia que se presentó, la cual denota que tiene respaldo financiero de alguien poderoso, porque no cualquiera se toma la molestia de gastar en abogados e invertir su tiempo, e igualmente se reserva su derecho de reclamar el daño moral que le ocasiona Carina Hernández, la persona que interpuso la denuncia.
Para concluir externó que no está retirado de la política, pero se ha dado un tiempo para consolidar sus empresas, una inmobiliaria y una agencia de seguros, las cuales llevan poco tiempo de operación y aún requieren de su tiempo y de todo su esfuerzo diario, porque son el sustento de su esposa y de sus hijos, por consiguiente, no descartó que más adelante pueda participar para ganar, no simplemente para competir, sino para ganar un puesto de elección, pero será a su debido tiempo, pues apenas tiene 47 años de edad y no tiene ninguna prisa.