Mientras en Orizaba, miles de personas hacen fila esperando subirse al teleférico, único en su tipo en todo el sureste, aquí, Tomás Ríos se ha dedicado a abrazar abuelitas y tapar baches, sin crear algún detonante turístico para el municipio, ¿hasta cuándo Tomás hará algo en beneficio para la ciudad urgida de proyectos que atraigan potencial económico?