- Por Andrés Timoteo / columnista
LA CIUDAD BLANQUEADA
La historia policiaca de Orizaba es complicada, llena de pasajes oscuros. Es, por supuesto, una contradicción frente al desarrollo urbanístico de la ciudad catalogada como un Pueblo Mágico. Si le aplicamos el tamizaje bíblico, entonces se diría que Pluviosilla es una suerte de sepulcro blanqueado: hermoso por fuera, pero con podredumbre por dentro.
Desde hace una década, los orizabeños enfrentan un sistema policiaco viciado, corrompido y ligado -según todos los díceres- con la delincuencia organizada. Han tenido mandos policiacos terribles y funcionarios municipales igual de nefastos. Todo bajo la venia de los alcaldes del grupo que comanda el empresario Juan Manuel Díez Francos -Hugo Chahín e Igor Fidel Rojí- que los ha protegido y ponderado.
Ellos, los ediles, han pregonado que Orizaba es una ciudad tranquila, un remanso de paz donde no existe la violencia ni el crimen. Falsa retórica para ocultar lo que ocurre en realidad, especialmente la corrupción de la policía municipal. Ejemplos sobran. El más reciente es la crisis actual desatada la semana pasada cuando un comando armado atacó a una patrulla asesinando a tres policías estatales. El fin de semana, la Secretaría de Seguridad Pública desarmó a los elementos municipales para someterlos a un escrutinio y asumió el control de la corporación.
Hay dos funcionarios municipales, Víctor Hugo Cid y Erick Morales, inspector y director de Gobernación, respectivamente, que habrían huido por estar vinculados a la delincuencia. Otros dos agentes fueron detenidos y algunos más bajo indagatoria. Es decir, todo a punta a que efectivamente la corporación esta infiltrada por un cartel delictivo. Pareciera una bomba, pero no es algo nuevo respecto a la policía orizabeña.
Dos casos anteriores demuestran que los señalamientos del gobierno estatal no están despistados. Uno es el del inefable comandante Pedro Ángel Márquez, apodado “El Rambo”, que fue el terror de Orizaba y sus alrededores hace años. El tipo hizo de todo y sin medida y estaba tan protegido por el entonces alcalde, Díez Francos, que se atrevía a amenazar de muerte a los periodistas. Sin embargo, algo sucedió. Se incumplieron pactos con los maleantes que en junio del 2014 lo ‘levantaron’ y desaparecieron.
Al principio se especuló que habían sido efectivos de la Secretaría de Marina, pero no fue cierto. Se trató de una célula delictiva y hasta la fecha no se sabe de su paradero. La alharaca que inicialmente hizo Diez Francos quedó silenciada, él y sus sucesores guardaron silencio para no ahondar más en la cloaca que era la policía municipal.
Luego vino el caso de Ramón Herebia, director de Gobernación desde aquella época y a quien Rojí López mantuvo en el cargo y trató de sostenerlo hasta que la realidad lo agarró a bofetones. Herebia tenía a su cargo la policía municipal desde tiempos de “El Rambo” y en noviembre del 2018, la misma ejecutó extrajudicialmente a los hermanos Román y Ernesto Pérez González, además de acumular señalamientos por el secuestro de empresarios, desapariciones de activistas y ataques a reporteros.
Fue entonces cuando Herebia fue destituido ante la presión de la opinión pública y la evidencia de sus actos delictivos. Sin embargo, el tipo no pisó la cárcel. En síntesis, el hedor que despide la policía orizabeña no es nuevo, sino que data de hace mucho tiempo y tanto el actual edil como sus antecesores tienen mucho que explicar sobre eso.
Por otro lado, también es verdad que desde el gobierno estatal hace una instrumentalización partidista con el caso de la policía corrupta de Orizaba. Lo que debería ser una intervención de autoridad y gobernanza para salvaguardar a los lugareños devino en una embestida contra de un ayuntamiento opositor y principalmente contra una corriente política que busca perpetrarse en el poder, ahora con una nueva candidatura para Juan Manuel Diez Francos, “El Emperador” de la aldea. Es una escaramuza partidista, pero así se llevan entre los crápulas. Ni modo.
ADVENEDIZOS Y TRAIDORES
Ayer, Día del Amor, se celebraron asambleas de militantes en el Partido Acción Nacional (PAN) para elegir a sus candidatos a las alcaldías y diputaciones locales. Fue un trámite en algunos lugares y una decantación de grupos en otros. El proceso más álgido se dio en el puerto de Veracruz donde compitieron dos corrientes encontradas, la yunista que llevó como precandidato a la presidencia municipal a Miguel Ángel Yunes Márquez, paradójicamente exalcalde de Boca del Río y no del puerto, y excandidato a la gubernatura, hijo del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares y hermano del actual edil, Fernando Yunes.
Por el otro está la corriente julencista con el diputado local con licencia, Bingen Rementería Molina, hijo del exalcalde y actual senador, Julen Rementería del Puerto. Desde el inicio, el proceso estuvo bajo litigio pues el Comité Ejecutivo Nacional del partido excluyó a 473 nuevos militantes impidiéndoles votar por no tener un año de afiliación, estos impugnaron la decisión y la ganaron en el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) que el sábado emitió un fallo in extremis para permitirles votar.
Lo anterior beneficia al proyecto de Rementería y por eso era atacado por los yunistas. Seguramente el resultado de la asamblea de ayer será también llevado a los tribunales, pero no hay que perder de vista las paradojas -o “para-jodas” como dice la cómica Pilar Boliver- porque Yunes Márquez que fue uno de los críticos más duros del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador durante la campaña del 2018, ahora lo imita y manda al diablo las instituciones.
Tras el fallo del TEV, el boqueño se lanzó contra el veredicto y acusó a esta instancia de ser una “oficina” de palacio de gobierno. O sea, se ‘apejó’. Y además descalificó por anticipado el resultado de la asamblea y se asumió como víctima de un complot de aquellos que no lo apoyan. Los llamó “traidores”. Alguien debería citarle al boqueño aquella máxima de la sabiduría popular: el buen gavilán no chilla.
En espera de los resultados oficiales para el análisis complementario, lo sucedido en el puerto de Veracruz es una muestra de cuando la política partidista se sulfura de facciones intolerantes e intereses familiares. Por un lado, los Yunes a los que los de enfrente les gritan: ¡advenedizos!, y por otro lado los Rementería a los ellos les escupen: ¡Traidores! Ambos se acusan de secuestrar al partido.
Y, claro, dicha asamblea electiva no estuvo exenta de conatos de violencia. Una trifulca a sillazos entre simpatizantes de uno y otro aspirante hizo la Guardia Nacional interviniera para calmar los ánimos. No pasó a mayores, pero si es un termómetro de muchas cosas. También fue un termómetro el abucheo que recibió el alcalde Fernando Yunes al acudir a votar. Los militantes gritaron ¡Fuera!
En Córdoba el seleccionado estaba cantado: un priista vestido de azul, el exalcalde Guillermo Díaz mientras que en Orizaba nuevamente Juan Manuel Díez quien conserva el aparato municipal para operar electoralmente encabezará la alianza PRI-PAN-PRD. No hay repertorio edificante. Pero el morbo político-electoral en Córdoba es sobre el destino de Isaac Luz López, hijo de la alcaldesa, Leticia López y presidente del DIF municipal quien se gastó millones de pesos en una precampaña sin resultados.
López Landero le pretendía heredar el cargo, pero al parecer se le cebó. No se registró por el PAN, no va por Morena -al menos por la alcaldía-, la diputación federal en el distrito la encabezará el PRI con la antorchista Janeth García Cruz y a la diputación local deberán nominar a una mujer para cubrir la cuota de género. En pocas palabras, el tal Isaac Luz se quedó como ‘el perro de las dos tortas’. ¿Qué hará la mamá ahora? ¡Se le escapa el erario municipal! Su peor pesadilla se está haciendo realidad.
Ah y otra buena nueva para los cordobeses, la misma paridad de género que se deberá ejercer en la diputación local canceló las aspiraciones del exalcalde, Hugo Fernández Bernal y del munícipe con licencia de Amatlán de los Reyes, Eduardo Rojas Camacho. Ya hay algo que celebrar: dos plagas menos. ¡Bendita equidad de género!
MÁS ATOLE ANTI-COVID
En temas pandémicos, el presidente López Obrador anunció que hoy inicia la campaña de vacunación para adultos mayores y promete que a mediados de abril ya estarán inmunizados los 15 millones de ancianos que hay en el país. ¿Cómo le hará si Inglaterra e Israel que pusieron a miles de empleados a vacunar las 24 horas los siete días de la semana a duras penas han logrado vacunar el 22 y 60 por ciento de su población en dos meses -o sea 15 y 6 millones respectivamente-?
Peor aún, ellos tienen los ‘stocks’ de vacunas disponibles y en México a pesar de que el tabasqueño afirma que ha comprado 140 millones de dosis, solo son de saliva. Lo que apenas llegó fue un lote de 870 mil, que según será lo de cada semana. Entonces, la vacunación de los adultos mayores se completará hasta el verano y todavía faltarán más de 120 millones de personas por inmunizarse. Si todo va bien, para el 2040 ya todos estarán vacunados con el plan de la “cuarta transformación”. Risas.
En Veracruz también se receto más atole con el dedo pues el gobernante en turno festinó que llegaron 64 mil 310 dosis que serán para los adultos mayores. Lo malo es que eso alcanza solo para el 4 por ciento del millón y medio de ancianos que hay, sin contar con las vacunas que ‘rasuren’ para inmunizar a los Siervos de la Nación y a los funcionarios gandallas. La obra teatral sobre la vacunación se poder reducir a una pregunta que hace unos días hizo un caricaturista: ¿Han notado que el gobierno aplica más mentiras que vacunas? Tan tan.