Londres.- El primer ministro británico, Boris Johnson, descartó cerrar completamente las fronteras de Reino Unido como medida para mitigar la expansión de la pandemia de COVID-19 en el país, alegando que “no es práctico”.
Johnson, respondió así a la petición del líder laborista, Keir Starmer, de imponer más restricciones para evitar la entrada de las mutaciones del SARS-CoV-2 a Reino Unido, ha aludido a la cantidad de fármacos y alimentos que Reino Unido importa. Además, ha recordado que el Ejecutivo ya ha endurecido las restricciones a los viajes con el objetivo de reducir la propagación de la enfermedad.
Así, durante una sesión parlamentaria de preguntas al ‘premier’, ha asegurado que el Gobierno británico seguirá adelante con su plan de imponer cuarentenas en hoteles para las personas que lleguen a Reino Unido procedentes de zonas muy castigadas por la pandemia, antes de señalar que las autoridades sanitarias “no han recomendado una prohibición (a la entrada) completa”.
Las autoridades británicas endurecieron hace un mes las restricciones a los viajes internacionales e implementaron una cuarentena obligatoria de diez días a las personas que retornaran a Reino Unido.
Actualmente, en la ‘lista negra’ de países de gran riesgo figuran hasta 33 países, incluyendo la mayoría de las naciones sudamericanas, Sudáfrica o Portugal.
Asimismo, ha alertado de que las tasas de infección por COVID-19 en el país europeo son “alarmantemente altas”. No obstante, en rueda de prensa, recogida por la BBC, el Oficial Médico Jefe de Inglaterra, Chris Whitty, ha señalado que la ola de contagios va “cuesta abajo”, recalcando que los profesionales sanitarios “piensan que hemos alcanzado la cima”.
Durante la jornada, el Ministerio de Salud de Reino Unido ha informado de 19.202 nuevos contagios de COVID-19, una cifra ligeramente superior a los casos notificados el martes, más de 16.800