El gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, está formado por personas que en su mayoría no conocen la provincia. La desigualdad económica y de educación, hacen imposible pensar en igualar las medidas que toma el gobierno para recaudar impuestos.
Pensando en primer lugar en el Secretario de Hacienda, Sr. Videgaray, es el primer ejemplo de desconocimiento de este país. El Sr. Secretario es muy conocido en la prensa nacional y en los actos políticos que organiza su Secretaría. También debe ser muy conocido en Nueva York y otras ciudades de Europa.
Pero lamentablemente, se nota que la provincia mexicana está totalmente fuera de su mente, ya que solamente en las grandes ciudades del país, podrá haber facilidades para pagar los impuestos en la forma tan compleja en que lo ha dispuesto el Sr. Secretario. Solamente viendo las computadoras vendidas en el país, se puede ver que quizás la cuarta parte de la población, será propietaria de una computadora y a lo mejor ni la décima parte de la población, sabe lo que es internet y mucho menos sabrá manejar una, por no conocerla, a menos que sea burócrata.
Lo que estamos logrando con esa medida, es que las micro, e incluso algunas pequeñas empresas se orienten hacia la informalidad, que les resulta más económico y menos latoso.
Necesitamos sistemas de recabar impuestos, que sean hechos para cobrarle a una población eminentemente ignorante, ya que la educación en este país es una verdadera porquería, pues no sabemos ni siquiera cuántos maestros enseñan realmente, y tampoco sabemos cuántos maestros prestan sus servicios a sus educandos.
Debemos comenzar por el principio y no por el final, que representa quitarle dinero a los que menos tienen. Siempre ha sido fácil crearle impuestos a la clase media, pero cuando esto se quiere hacer hacia abajo de la escala social, nos encontramos con la ignorancia del mexicano común.
Más que crear impuestos, inventemos cómo crear sabiduría y cuando tengamos eso logrado, entonces podemos exigirles impuestos a cambio de la educación que les dio el Estado. Porque a final de cuentas, ¿qué les estamos cobrando y a cambio de qué?
Sería muy conveniente, que en lugar de estar sentados en su escritorio en la Ciudad de México, salieran a conocer la provincia mexicana, y les aseguro que algunos se llevarían grandes sorpresas cuando conocieran al México al cual mandan desde la capital.
Me inclino por un I.V.A. de 10% que paguemos todos, sin componendas ni privilegios, librando una nueva canasta básica y el pan artesanal (bolillo y telera), y medicinas menores a $300.00