Washington.- Estados Unidos vive un ambiente de tensa calma por el potencial de protestas a lo largo de la jornada en todo el País, pero con la esperanza de que el fuerte dispositivo de seguridad en Washington y en las capitales de los 50 estados evite nuevos episodios de violencia. El país norteamericano está en alerta máxima, debido al aviso del Buró Federal de Investigación (FBI) sobre “protestas armadas” en toda la nación entre este sábado y el miércoles 20, cuando el presidente electo de EU, Joe Biden, tomará posesión de su cargo.
Las pistas que detectó el FBI en las redes sociales apuntaban a la posibilidad de un segundo asalto al Congreso de EU tras el protagonizado el pasado 6 de enero por seguidores radicales del presidente saliente Donald Trump, así como a edificios de capitolios estatales en las capitales de cada estado.
Este sábado hubo pequeñas protestas de seguidores de Trump en varios estados que no derivaron en incidentes destacables, pero la mayoría de las conversaciones en las redes sociales apuntaban a manifestaciones este domingo. Sin embargo, algunos activistas de ultraderecha han instado a los seguidores de Trump a quedarse en casa, al asegurar que las protestas son una “trampa” para acusarles de actos violentos, informa el diario The Washington Post.
Las autoridades estatales han tomado medidas para cercar o asegurar los capitolios en cada estado, y confían en que ese fuerte dispositivo de seguridad disuada a los manifestantes de implicarse en cualquier acto violento. Tras el cierre de miles de sus cuentas en Twitter y el bloqueo a la red social conservadora Parler, los grupos extremistas han comenzado a coordinarse en aplicaciones encriptadas de mensajería como Telegram, lo que puede haber complicado los intentos de organización de protestas armadas contundentes.
Washington, una fortaleza
En Washington, un amplio perímetro que ocupa todo el centro, incluido el Capitolio, la Casa Blanca y la explanada conocida como National Mall, se encuentra cerrado al paso de los viandantes o vehículos, y seguirá así hasta después de la investidura de Biden el miércoles. Al menos 10.000 militares reservistas de la Guardia Nacional están ya desplegados en la capital estadounidense, y se espera que esa cifra suba a 25 mil para la noche del martes, la víspera de la investidura.
Eso convertirá a la investidura de Biden en la que cuenta con mayor despliegue de seguridad de la historia de Estados Unidos, y los 25 mil militares que se esperan en Washington serán el quíntuple del total de 5 mil soldados desplegados ahora en Irak y Afganistán juntos.
La que será directora de comunicación de la Casa Blanca de Biden, Kate Bedingfield, dijo este domingo que es importante que Biden jure su cargo al aire libre, frente al Capitolio, como dicta la tradición, para enviar al mundo un mensaje sobre “la resiliencia de la democracia estadounidense”.
“Pero estamos en un momento volátil, y estamos preparándonos. Mañana empezaremos a reunirnos con los líderes salientes de seguridad nacional y con fuerzas policiales para asegurar que nos preparamos para cualquier escenario que pueda ocurrir tras el mediodía del 20 de enero”, cuando Biden ya será presidente, dijo Bedingfield en una entrevista con ABC News.