Las autoridades sanitarias de Noruega han asegurado esta semana que “no hay evidencia de un vínculo directo” entre las recientes muertes de ancianos inoculados contra el coronavirus y la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech que recibieron.
Según las últimas cifras de la Agencia Noruega de Medicamentos, 33 personas de 75 años o más han fallecido en los últimos días luego de la vacunación. “Todos esos pacientes tenían enfermedades subyacentes graves”, dijo a Bloomberg el director médico de la agencia, Steinar Madsen.