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El minutero

Superiberia

 

NO MENTIRÁS…

 “Para decir mentiras y comer pescado, hay que tener mucho cuidado” –con ambas te puedes espinar la boca, pues-, reza un refrán del pueblo y el mismo cae al dedillo para recomendárselo al gobernante en turno por faltar al octavo mandamiento ya que asegura que su administración no tiene nada que ver con el proyecto hidroeléctrico El Naranjal con el cual se desecará el río Blanco y se ocasionará una hecatombe ecológica en la región Centro afectando a miles de familias. Es una falacia tratar de endilgarle toda la responsabilidad al Gobierno federal cuando las autoridades estatales tienen injerencia puntual en las regiones donde se pretenden edificar las presas.

 Desde el Gobierno estatal no solo se avaló los proyectos para que la transnacional construya presas en varias cuencas hidrológicas –pactados por el innombrable, su hacedor y antecesor- sino también se participa activamente en el acoso hacia los activistas y lugareños. Funcionarios del gobierno duartista se presentan en las comunidades para tratar de comprar a los propietarios de terrenos rivereños con el fin obtener la anuencia a la construcción de los complejos y en el caso de no obtenerla proceden a la amenaza. Ahí entra el permiso para se cometan las agresiones por parte de los sicarios de Odebrecht o en su caso las policías locales coludidas con la delincuencia.

 Claro que la administración duartista tiene intereses y muy grandes en esos asuntos. Obedece a viejos acuerdos para que se enriquezcan ex políticos y empresarios corruptos a costa del daño ambiental y el perjuicio a los habitantes. ¿Alguien cree Duarte detendrá los proyectos para la construcción de las presas? Eso sería desobedecer a quien en realidad maneja los hilos del poder en la entidad y hacer enfurecer a los que ya entregaron los sobornos respectivos. Entre ellos, aseguran, el financiamiento a las últimas campañas electorales del partido en el poder. ¿Será posible? Las apuestas son 9 a 1.

 En cuanto a la protección que le deben al sacerdote Julián Verónica, responsable de la parroquia de Los Santos Reyes en Amatlán y que ha recibido amenazas de muerte por su apoyo a los grupos ecologistas, la reacción de Javier Duarte de Ochoa fue porque la Comisión del Episcopado Mexicano (CEM) lo exigió a su gobierno, no porque se interese en la integridad física del pastor. Pero bien, ya reaccionó y ahora solo le bastará a Duarte que le pida a Odebrecht y a los ex funcionarios ligados a ese proyecto que amarren los sabuesos que soltaron contra el sacerdote.  

Tanto en Amatlán de los Reyes como en Xalapa todos saben de donde provienen los amagos y a quienes beneficien, no hay que buscarle mucho. Lamentablemente hace algunos meses no había la exigencia de los obispos del país para que el gobierno estatal impidiera que fuera asesinado a golpes y pedradas al activista ambiental Noé Vázquez Salomón por parte de dos sicarios contratados y con cuyo homicidio se intento inhibir la oposición de activistas y lugareños a la presa El Naranjal. El gobernante estatal sabe muy bien quienes tienen las manos manchadas de sangre.

 En un acto mediático, el pasado lunes Duarte de Ochoa fue con un séquito de colaboradores a reunirse con el obispo Eduardo Patiño Leal y con el sacerdote Verónica, a quienes les prometió “el oro y el moro”, como también dicen en el pueblo, aunque lo más seguro que es que las promesas corran la misma suerte que las que le hizo al padre Alejandro Solalinde en el 2011 para depurar las corporaciones policiacas coludidas con la mafia en el secuestros y asesinatos de migrantes. Nada hizo al respecto. “No mentirás”, cita el octavo mandamiento que Patiño Leal le debió recitar a Duarte de Ochoa.

 

AVIADOR DEL BAJÍO

 En asuntos municipales, quien aparentemente va de tumbo en tumbo es el alcalde cordobés, Tomás Ríos Bernal, que presumía tener experiencia en el servicio público y ganó la contienda electoral gracias al escapulario de haber sido el primer edil de oposición que tuvo la Ciudad de los Treinta Caballeros. Sin embargo, la magia se le agotó muy pronto y está exhibiendo el cobre, no solo en asuntos de gobierno sino también en transparencia y moralidad. Así por ejemplo se aumentó el sueldo al igual que a sus allegados, colocó a amigos y compadres en el organigrama estatal, además de negarse a informar públicamente sobre el uso de recursos públicos.

 Ahora también se descubre que tiene incrustado a un famoso exaviador de las administraciones panistas de Guanajuato. Su nombre es Mario González Romo, coordinador de Arte y Cultura, áreas de las cuales sabe lo mismo que astrofísica y robótica, o sea, nada. González Romo donde trabajó en las administraciones panistas estatales y locales de Guanajuato e hizo usufructo de sus relaciones con políticos azules para vivir del erario sin trabajar.

 El columnista Arnoldo Cuellar en su espacio de opinión “Zona Franca” da cuenta de este personaje, de quien, asegura, fue “aviador” – es decir, cobraba en la nomina sin ser empleado formal ni desquitar el sueldo- en el sistema del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) cuando el director en Guanajuato era José Antonio Llergo Victoria. Asegura que González Romo es compadre del ex senador y el secretario general de Gobierno en aquella entidad, Ricardo Torres Origel, además de que le atribuye un mal desempeño com director del plantel León II de esa institución.

 Mario González Romo fue enviado al ayuntamiento de Córdoba para hacerse cargo del área cultural pese a carecer de perfil, trayectoria y experiencia en el tema y sin considerar que tampoco tiene ninguna identidad con la ciudad ni mucho menos relación con los creadores y artistas cordobeses. ¿Cómo llega entonces al ayuntamiento? De nueva cuenta con el padrinazgo de Ricardo Torres Origel quien a su vez es amigo de Ríos Bernal pues ambos compartieron curul en la Cámara de Diputados durante la 58 Legislatura Federal, del 2000 al 2003.. Ese fue el contacto para que un ex aviador de las administraciones panistas guanajuatenses aterrizara en la nómina de Córdoba.

 Pero no es algo que sorprenda pues tampoco es algo nuevo, ya que los panistas tienen esa mala costumbre de intercambiar funcionarios de municipio en municipio o estado en estado para evitar que salgan de la nómina pública. Ahora, un guanajuatense es el director de Arte y Cultura, área extremadamente abandonada. Dicha cartera no solo es organizar festivales o fiestas de pueblo sino se requiere al frente un gestor profesional que promueva las expresiones culturales, apuntale los proyectos de conservación, impulse y respalde a los creadores y sea un eje fundamental en el rescate de recintos y espacios culturales. Nada de eso sabe hacer el señor González Romo y la comunidad artística de la ciudad está al garete.

 Recomendado del exterior también está Carlos Basáñez Limón, del Departamento de Protección Civil quien además de ser padre del actor de Televisión Azteca, Sergio Basáñez, ha trabajado para varias administraciones blanquiazules, entre ellas la del puerto de Veracruz donde se desempeñó como jefe de Bomberos hace más de una década, cuando sucedió el incendio en el mercado Miguel Hidalgo que dejó 30 personas fallecidas. Eran los tiempos en que gobernaba el entonces panista Ramón Gutiérrez de Velasco, hoy diputado priista, y mucho se rumoró que el siniestro había sido provocado a petición del edil. Nunca hubo castigo para los responsables.

 

MÁS DE LA “FUERZA ÁREA” 

En el mismo tema, hace un par de días la prensa porteña informó sobre “la fuerza aérea” que la orizabeña Elvia Ruiz Cesáreo incrustó en la nómina de la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz (Secomver) –hoy Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP)- donde se desempeñó como subsecretaria. Apenas llegó a la dependencia y le asignó sueldos a familiares y empleados particulares. De acuerdo a los documentos exhibidos, Ruiz Cesáreo convirtió en aviador a su hermano Manui Ruiz Cesáreo así como a sus compadres Fernando Hernández de la Rosa, Jorge Moreno Priego, Martín Jaramillo Silva, Odette Ortiz Oliva y Pedro Osorio Llamas.

 Por si fuera poco, también metió a la nomina de la Secomver a su secretaria particular, Irma Cervantes Jiménez. Y el asunto no quedó allí pues la también ex diputada local y secretaria técnica del Consejo Político Estatal del PRI, al dejar la dependencia se llevó a su casa una camioneta Honda propiedad de la dependencia la cual se niega a devolver. El vehículo lo tiene para su uso personal y pese a los requerimientos enviados se rehusa a reintegrarlo y como es de armas tomar, ha amenazado con arañar y escupir al valiente que se atreva a pedírselo personalmente. Fina la señora, pues.

 

¿Por qué no requieren por la vía judicial a Ruiz Cesáreo ni le ponen un alto a sus abusos? Porque la protegen dos personajes del más allá, el ex gobernador de Puebla, Melquiades Morales Flores y el ex gobernante de Veracruz, aquel que no debe ser nombrado, a quienes ha servido ciegamente en los últimos años. Ambos con tufo de azufre suficiente como para alejar a los funcionarios del duartismo que quisieran meter en cintura a la orizabeña.

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