- Por Andrés Timoteo / columnista
EL MUNDO DE CARAMELO
Se acabó la corrupción, la violencia está amainada, la incidencia criminal bajó 24 por ciento, se cumplió la promesa de pacificar la entidad, las finanzas son fenomenales, no se incrementó la deuda pública, la economía está saneada, se rompieron los pactos con la delincuencia organizada, y hay un gobierno honesto que atiende las causas que originan la inseguridad pública y la comisión de delitos.
También se respondió con eficacia en la pandemia de Covid-19, los médicos están más que contentos y son una realidad el abasto medicinal y de otros insumos hospitalarios. Otra proeza más, el actual mandatario no tiene mansiones ni acá ni en el extranjero, tampoco yates ni viaja en aeronaves privadas para ir a inaugurar obras, eso sí en municipios, obras chiquitas que las que sus antecesores no cortaban el listón -claro porque les tocaba a los alcaldes o a los agentes municipales-.
El Veracruz boyante, estable, pacífico, próspero, igualitario y eficiente fue lo que ayer comunicó el gobernante en turno, Cuitláhuac García en el congreso local a donde acudió para cerrar la glosa de su informe por los dos años de gestión. Claro, no se trató de un reporte fidedigno del estado de cosas sino de un discurso ficticio, acomodado a la realidad alterna en la que viven él y sus funcionarios, el mundo de caramelo.
En ese afán, por supuesto que no ocupó una sola palabra -ya no se diga frase- para las personas desaparecidas, los niños con cáncer, los feminicidios, el analfabetismo galopante, la pobreza creciente, los asesinatos políticos, los periodistas abatidos, el nepotismo en su gabinete, la migración imparable, los chanchullos en los contratos de proveeduría, las licitaciones de obra pública concedidas de forma directa violentando la ley para beneficiar a recomendados -amigos, familiares, compadres o parejas sentimentales-, la compra de patrullas a sobreprecio y un sinfín de
triquiñuelas.
Y hubo ironía por el momento y el lugar: fue hablar ante un congreso cuyos integrantes son el hazmerreír público porque sin respetar la norma constitucional y al puro estilo de la película ‘La Ley de Herodes’ hicieron cambios legales para el beneficio faccioso que tumbó en cascada la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). La serie de pifias en el Legislativo local llevó a los ministros a hacer una recomendación inédita: abstenerse en el futuro de caer en vicios de
inconstitucionalidad.
La traducción de esa instrucción para los orejones que ocupan escaños parlamentarios es que no saben legislar. El 2020 es un año de vergüenza para el congreso veracruzano, aunque la coyuntura es caprichosa porque ante esos diputados tan cerriles compareció García Jiménez. Tal para cual, lo fantasioso se juntó con la incapacidad y la ignorancia dando como resultado la desfachatez. Es el epílogo de la glosa gubernamental.
UNA BUENA NUEVA
Buena noticia para los buenos, el gobierno federal ordenó a la Fiscalía de Veracruz que reabra el expediente de la violación y homicidio de la anciana indígena Ernestina Ascensión Rosario ocurrido en el 2007 en Soledad Atzompa y que las autoridades locales dieron por cerrado bajo la falacia de que el deceso había ocurrido por una “peritonitis” y “gastritis crónica mal tratada”, en lugar de la agresión sexual que sufrió de parte de unos soldados.
La petición la dio a conocer ayer el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación Alejandro Encinas lo que es plausible, aunque no hay que pasar por alto que no fue una decisión por el afán de que haya justicia en uno de los feminicidios más atroces que se han cometido en el país. No, se trata de una reculada tras el proceso de juicio que inició la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que podría terminar en una condena sobre el
Estado mexicano.
Así, obligado por las circunstancias, el gobierno federal cambió su postura inicial que fue llevada hasta la CIDH en la primera audiencia celebrada el 4 de diciembre en la que ratificaba la “verdad histórica” construida por el calderonato y la fidelidad hace trece años pues el presidente en ese entonces y el innombrable de la aldea se complotaron contra la víctima, una mujer, anciana, indígena,
analfabeta y pobre.
“Esta posición es inaceptable, por lo cual queremos señalar que la posición sostenida en la reunión de trabajo en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos esta semana no representa la posición del Estado mexicano, las políticas en materia de protección y garantía de los derechos humanos y no representa las instrucciones que el presidente de la República nos ha dado para atender estos asuntos”, dijo Encinas.
El cambio de postura del gobierno lopezobradorista exhibe también a la fiscal general de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns quien envió a un personero -de nombre Hernán Cortez- hasta la CIDH para defender el veredicto de impunidad para ese feminicidio que se elaboró durante el fidelato y ni por equivocación se ajustó a la sororidad y al afán de justicia.
La señora es pura simulación y le aqueja el síndrome de Don Molcajeto -¿se acuerdan del inefable Juan Antonio Nemi quien durante la fidelidad salía con uniforme de policía? -, pues ahora la fiscala se presenta en eventos
públicos vestida de policía y con pistola al cinto. Ayer quedó exhibida en su tamaño con la disposición federal para replegarse en el caso de doña Ernestina Ascensión. Algo bueno hay para contar.
LAS MUJERES MARAVILLA
Burlonamente, tras ver a la fiscala Hernández Giadáns usando uniforme policíaco y pistola, algunos la apodaron “la Mujer Maravilla” -risas- pero es una farsa. Sin embargo, en Veracruz sí hay mujeres sorprendentes y dignas de reconocimiento pues han maravillado al mundo. Unas de ellas son las integrantes de ‘Las Patronas’ que asisten humanitariamente a los migrantes centroamericanos que pasan por la zona centro sobre el ferrocarril
llamado “La Bestia”.
Ellas están nominadas para recibir la medalla Belisario Domínguez que cada año otorga el Senado de la República a quienes tienen una trayectoria honrosa como servidores de la patria y de la humanidad. Y Las Patronas han dado a todos una lección de ese servicio al género humano. Otra buena noticia que contar.
PÍO Y PILLA
Son asuntos tan similares como quemantes, el hermano y la prima del que ocupa Palacio Nacional desmienten la arenga de que la corrupción quedó extinta el primero de diciembre del 2018 y que las bases de la “cuarta transformación” del país ya están sentadas. No puede haber transformación -cambio- mientras se mantienen las prácticas maliciosas del pasado. El presidente Andrés Manuel López Obrador, ya quedó tocado por esos dos asuntos que desdoran su gobierno y la legitimidad de su discurso.
Uno, es el escándalo del hermano Pío López quien fue grabado recibiendo dinero de un personero del ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, para costear el proyecto partidista del tabasqueño, según se dijo oficialmente porque la versión paralela es que fue para su provecho personal. El golpe fue tan certero que silenció la barahúnda del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya con sus delaciones de sus cómplices en el peñismo.
El otro fue el obús reciente que tiene como protagonista del tráfico de influencias y negocios al amparo del poder -corrupción, pues- a la prima Felipa Obrador Olán, una empresaria chiapaneca que no solo se llevó contratos en Pemex por 365 millones de pesos, sino que es beneficiaria del proyecto del Tren Maya con sus terrenos de vocación turística al lado de los pasos de vía del ferrocarril marrón. Ganancia a largo plazo con la bendición
presidencial.
No son casos menores a pesar de que la caterva de voceros del morenismo y del lopezobradorismo los pretendan minimizar. Los dos demuestran que la corrupción sigue enquistada y ejercida desde la propia familia presidencial, y además generan una cascada de evidencias de la contradicción de López Obrador quien emitió un decreto para impedir que se beneficiara a sus familiares en el gobierno y machaca que no son iguales que los del pasado. Y fue todo lo
contrario.
Pío y Pilla desmontan todo ese discurso y ponen en predicamento el mito de la “honestidad valiente” que durante años divulgó el tabasqueño. Por cierto, otro ángulo que no hay que dejar de apreciar es que ambos casos de corrupción que involucran a la familia presidencial fueron documentados por el periodista Carlos Loret de Mola, uno de los villanos favoritos de López Obrador, aunque por más que arremetieron contra el mensajero no pudieron desvirtuar el mensaje.
Cobra vigencia, entonces y nuevamente, aquella añeja frase de que “la verdad es la verdad, dígala (el rey) Agamenón o su porquero”. Se podrá no estar de acuerdo con el comportamiento profesional de Loret de Mola durante su paso por Televisa, pero ahora demostró que vive una reivindicación periodística.
Ah y todavía falta el escollo de otro hermano del mandatario, Arturo López Obrador, avecinando en Veracruz, el que, de acuerdo con los que ya tienen documentado el asunto, fue el enlace del proyecto lopezobradorista con el exgobernador Javier Duarte. Aseguran que al igual que el chiapaneco Velasco Coello forró de billetes a Pío López, el veracruzano lo hizo con Arturo. Es más, hasta dan la cifra de 80 millones de pesos. Habrá que esperar que el quehacer periodístico lo lleve a la palestra.