Córdoba.- El paseo del río San Antonio ha sido olvidado por parte de las autoridades municipales. En el lugar se pueden observar banquetas rotas, barandales quebrados o a punto de caerse, y drenajes en pésimas condiciones. Esta situación contrasta con el “Paseo río Orizaba” y la Laguna “Ojo de Agua”, lugares que permanecen en buenas condiciones gracias a la intervención del alcalde Juan Manuel Diez Francos.
La obra del “Paseo río San Antonio” fue adjudicada a la constructora “Pitalúa y Asociados S.A. de C.V.”, propiedad de Francisco Pitalúa Cruz, con un costo inicial de 36 millones de pesos, aunque esta cantidad se incrementó inexplicablemente a 77 millones de pesos en la segunda etapa y, posteriormente, a 95 millones de pesos. Estas dos últimas etapas se llevaron a cabo sin licitación alguna y con el objetivo de sanear el afluente del San Antonio, situación que hasta la fecha no se ha dado.
Parece que la administración actual quiere ignorar la realidad del río San Antonio. Mientras en Orizaba las autoridades se encargan del saneamiento y buena imagen del río Orizaba y de la Laguna de Nogales, aquí en Córdoba interesa más el incremento de los sueldos, no obstante, Tomás Ríos Bernal contó con más de 180 días después de ganar las elecciones municipales para llevar a cabo un plan de rescate del afluente, aunque, en lugar de eso, al final optó por duplicar los sueldos de los funcionarios sin importarle lo que pensara la ciudadanía.
Ahora, a escasos 100 días de cumplir su mandato como Presidente Municipal, se puede observar un paseo del río San Antonio olvidado, donde jóvenes aprovechan la nula presencia del Mando Único para hacer desmanes a la altura del Mirador y las Palapas. Las aguas negras que emana el Rastro Municipal lo invaden con malos olores, en gran parte por la deficiente planeación y ejecución de la constructora y el favoritismo con que fue licitada durante la gubernatura de Fidel Herrera Beltrán.
Alejandro Pelaez
El Buen Tono