México, D.F.- El 2014 ha sido un año lleno de emociones encontradas para Elena Poniatowska. Inició en enero en la cima de la montaña tras el anuncio, en noviembre, de que había sido elegida para recibir el Premio Cervantes, el reconocimiento más prestigioso de las letras hispanas. El 14 de enero su felicidad se enturbió con la noticia de la muerte de su amigo, el poeta Juan Gelman; un día después llegó una inyección de optimismo con el anuncio de que le concederían la Medalla Bellas Artes 2013, pero esa felicidad duró sólo 11 días, pues el 26 de enero, el dolor llegó junto a la noticia de que su amigo y colega, José Emilio Pacheco, había muerto.
Pero ahora finalmente, el premio concedido por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). La entrega del reconocimiento tuvo que posponerse dos meses (estaba programado para el pasado 28 de enero), a petición de la misma Elena Poniatowska.
La medalla es el máximo galardón que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a creadores, intérpretes y destacados personajes de la cultura de México.
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