-Pues sí mi jefe- yo estaba bien chavito cuando mi padrastro me llevó a una residencia de Córdoba. Él normalmente trabajaba de albañil, pero ese día íbamos de jardineros, fue entonces cuando lo ví por primera vez -es el que canta en la tele- me decían los hijos del patrón, abrazaba a una güerita bien chula y el parecía inflarse como un sapo que quiere reventar cada vez que lo mirábamos pasearse con ella por los jardines. Desde entonces lo hice mi ídolo, y leía todo lo que se escribía acerca de él. Y así fuimos creciendo.
En una ocasión nos tocó ir a un “colado” ya sabe usted en los “colados” cada quien lleva su bote, para subirlo sobre los hombros lleno de revoltura hasta el lugar del mismo y aparte del sueldo que nos dan, suelen obsequiarnos “carnitas” y pulque, por lo que estas chambas suelen ser esperadas por todo los que le entramos a esto de la construcción. Ese día estaba un solazo refuerte y yo estaba tan acalorado que sentía que me desmayaba y desesperadamente pedía agua. Entonces mi padrastro dijo: no seas tonto el agua te va a hacer daño, tomate un cañazo que es lo mejor para la insolación. -No mi jefe, que cree usted, me sentí bien chido- se me quito la sed, y me salieron hartas fuerzas, nada más me sentía tantito cansado corría por mi caña y a seguirle dando.
Así fue que me hice adicto, empecé a tomar no solo cuando trabajábamos, también lo hacíamos para divertirnos. Un día leí que mi ídolo tenía problemas de alcoholismo (en ese entonces no sabía que también yo ya los tenía) y constantemente lo levantaban sus amigos y lo cobijaban hasta que se le “bajaba” la borrachera y en el peor de los casos lo llevaban a clínicas de rehabilitación. En cambio a mí me levantaba la patrulla, me pasaba la noche en “los separos” y cuando no me violaban los otros detenidos, sufría entambado hasta que alguien se compadeciera y pudiera pagarme la multa administrativa.
¡Claro no hay comparación! mientras a él Dios lo obsequió con una excelente voz y una bella figura, a mí solamente me dio un padrastro que parecía que su diversión era proporcionarme madrinas diarias, además de que mi físico es del tipo indígena, lo que redundaba en que todos me califiquen de: indio patarrajada y borracho asqueroso.
Hoy me enteré de que a mi famoso ídolo que desperdició el don divino de su privilegiada voz, convirtiéndola en un cacaraqueo ridículo, así como su físico y salud en general que más que admiración provoca lástima. ¿Qué cree usted mi jefe? le van a hacer un gran homenaje por su gran trayectoria artística, y ¿Que cree usted mi jefe? ayer me levantó la patrulla, por primera vez no me golpearon los guardias, no me violaron los detenidos, y como no tenía dinero para la multa, el jefe de barandilla me llevó su casa a que la limpiara pues había tenido en la noche anterior un fiestón. Y ¿qué cree usted mi jefe? mientras la limpiaba me tocaron medios vasos de gujisqui y de coñaque, unos bistezasos y unos pedazotes de pastel que desperdiciaron los invitados. No cabe duda ¡Gracias a Dios, el sol sale para todos!