El impuesto sobre la renta, el IETU, el IMSS, la tenencia vehicular, el IVA, el 2% a la nómina, la revista vehicular y el 2% al hospedaje, y los nuevos impuestos que se le ocurrieron a Videgaray.
Estos son los impuestos que pagamos todos los que vivimos en el sureste del país, o sea, los mismos impuestos que pagamos en todo México.
La diferencia que tenemos en contra los sureños, es que nuestros impuestos no los vemos reflejados en mejoramiento o en obras modernizadoras. Pues los virreyes que gobiernan los estados tranquilamente se los llevan para sus cuentas personales, y la federación hace su parte utilizándolo para obras en otras partes de la República.
Estamos en un círculo vicioso muy negativo. Comparándonos con otros estados, damos poco a la federación, pero para ellos estamos totalmente olvidados.
Recuerdo que el presidente Echeverría, mandó desmontar miles de hectáreas en La Chontalpa y ahí se quedaron como sucede en cada cambio de presidente, o de gobernador. El siguiente tiene sus propios planes y olvida los de la anterior.
Los de Echeverría eran llevar hacia el sur, a los campesinos desplazados por las inundaciones de las presas de Temaxcal. Lo malo que nos les preguntó a los campesinos, y estos no se fueron y se quedaron a la orilla de la presa y de los terrenos altos, que sobresalían del nivel del agua de la presa, convirtiéndose en pescadores y lancheros que sacaban sus productos por los muelles de la cortina, subiéndolos en camiones hacia los lugares de consumo.
Ahí quedó el proyecto. Los gobernadores que en el sureste son “virreyes”, se llevan tranquilamente nuestros impuestos y a nadie le importa.
Estoy haciendo referencia a Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche y Yucatán y a propósito dejo a Michoacán, que es la prueba ideal de lo que quiero plasmar. A Michoacán lo olvidaron hasta que llegó a saberse en todo el mundo, lo que estaban viviendo los michoacanos, que los obligó a llegar al extremo de armarse por su cuenta, en contra del crimen organizado y de la propia policía michoacana que en lugar de cumplir con su trabajo, se dedicaron a explotar a la población.
Que bueno que el gobierno federal ya se fijó en que existe un sureste, que lo único que ven es Acapulco, pero también en Guerrero y Oaxaca que todavía no llegan al grado de querer armarse, ya existen problemas graves, como el control de los maestros en Oaxaca y que en Guerrero es una especie en extinción, pues existen muy pocos maestros.
En fin: lo que necesitamos que suceda en el sureste, es comunicarlo para que se vaya poblando con empresas que creen fuentes de trabajo, con salarios satisfactorios, y sobre todo con subsidios federales y estatales como se hizo en el norte de la República, y así lograr que se instalen empresas con los menores costos que en el centro del país, teniendo ya como referencia lo que se logró en los estados de la frontera norte y que ya se les está retirando.
Vamos aprovechando el sureste para que seamos un mejor país.