CÓRDOBA.- El municipio de Córdoba vive una crisis ambiental grave, debido a que no se ha puesto en marcha un plan emergente para tratar las aguas residuales que van directo a los ríos.
El agua contaminada de la ciudad es vertida a los ríos, los cuales están causando estragos en municipios vecinos como Amatlán y Atoyac, por lo que la alcaldesa ya fue demandada por grupos ambientalistas ante la Fiscalía por incumplimiento de un deber legal, ya que no pone en funcionamiento las plantas de tratamiento de aguas residuales, ni tampoco ha puesto en marcha un basurero.
Por si fuera poco, ahora tolera la instalación de empresas depredadoras que están devastando toda la zona de selva que está en la parte trasera de la central de autobuses.
Aunque Córdoba cuenta con 21 plantas de tratamiento sólo tres funcionan, lo que ocasiona que se contaminen 18 arroyos y dos ríos importantes como el San Antonio y río Seco, que atraviesan la ciudad.
“La Ley es clara, municipios con más de 50 mil habitantes como Córdoba que tiene cerca de 220 mil habitantes, merecen una planta para tratar sus aguas residuales, pero no hacen nada”, dijeron.
No obstante, tampoco se obliga a las empresas a que cuenten con plantas de tratamiento y eviten que todas las aguas con químicos sean arrojadas a los arroyos que los atraviesan y, a su vez, lleguen a afluentes como el río Atoyac, que sirve para que la gente riegue sus cultivos o para el consumo humano y animal.
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