Washington.- La transferencia de poder al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, por la convalecencia por COVID-19 del mandatario Donald Trump “no está sobre la mesa”, aseguró este domingo a CBS News el asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien.
“No hay nada en la mesa ahora mismo”, aseguró el asesor esta mañana, poco antes de que el equipo médico que atiende a Trump en el hospital militar de Walter Reed indicara que el mandatario podría recibir el alta este lunes y ser tratado en la Casa Blanca si continúa su evolución favorable.
O’Brien detalló que Trump recibirá informes de inteligencia y seguridad por vía remota durante este domingo y que no hay necesidad de considerar la delegación de poder porque “está firmemente al mando del Gobierno del país”.
Trump, quien busca la reelección en los comicios del 3 de noviembre, fue ingresado la tarde del viernes al hospital militar de Walter Reed tras experimentar fiebre alta y una caída en el nivel de oxígeno en sangre, pocas horas después de confirmarse su positivo en COVID-19 la noche del jueves.
El sábado por la mañana registró una nueva caída de la oxigenación, pero a lo largo del día se recuperó, no ha tenido fiebre desde entonces y se muestra activo y sin dificultades respiratorias, según su equipo médico.
Si el mandatario mantiene esta evolución seguirá su tratamiento con el antiviral Remdesivir y Dexametasona desde la Casa Blanca.
El positivo por COVID-19 de Trump dio un vuelco a su campaña electoral a un mes de las elecciones, al interrumpir el frenético calendario de mítines del mandatario y centrar la atención en la pandemia justo cuando más le interesaba minimizarla.
La noticia obligó, además, a someter a test a numerosas personas que estuvieron en contacto con el mandatario en los últimos días, incluido el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, quien compartió escenario con Trump durante el debate del pasado martes en Cleveland (Ohio).
Tanto Biden como su esposa, Jill, dieron negativo en el test que se hicieron el viernes por la mañana.