Alejandro Solís
Columnista
El segundo informe del gobierno de López Obrador ha de pasar a la transformación de la historia, como el parto de los montes inmortalizado por Horacio, en su Epístola a los Pisones: “Parturient montes, nacetur ridiculus mus”: “Esperando abortos monstruosos, nació un ridículo ratón”.
RetóricaDeEstado. Peculiaridades extremas resumen dos años de gobierno de cuarta transformación, basada en premisas populistas típicas del dominio absoluto de la oligarquía financiera: periquea lo que antojes mientras avalas la paga puntual de intereses de tu creciente deuda pues, prometer, no empobrece.
Acaba con la corrupción de cuello blanco y lujos del gobierno, para devolverle migajas de lo robado al pueblo, en tanto los accionistas ganen como siempre.
Primero los pobres, y, luego, los ricos: legitima la austeridad franciscana de la administración pública, mientras, mediante la asistencia pública, les haces llegar dinero a los fondos de inversión. Esto es lo importante, lo demás, charadas. Entre ellas, la inexistente y fallida para los pobres, organización obradora.
Sume a su retórica, el último alarido de la cumbancha, probablemente aprendido durante su zapatour de hace casi 30 años: “mandar obedeciendo”, pero, disponiendo su sana distancia, y, de dientes para afuera; pues hay quejas, de agresiones.
RefinandoConsultas. Ya no pregunta a la gente en mítines: “levante la manita, quien acepte lo indicado”, pues -cada vez más- se la reciclan.
Ahora se le pide al gastalón Instituto Nacional Electoral, la organización de sus sugestiones utilizando el método más efectivo, por discretamente manipulable, e, imposible de verificar: las consultas virtuales telefónicas; como es el caso de inaudita elección del presidente nacional y el coordinador general del partido morena.
En medio del populismo más chairo posible, mediante el TRIFE se impone la solución más fifí al supuestamente derecho constitucional de organización autónoma de la sociedad y elección libre de los dirigentes.
AMLO hizo de la organización del pueblo, un asunto legitimado de empresas legalizadas, reglamentadas y subsidiadas por el Estado, para garantizar la paz social exigida por los financieros, garante de la recuperación de sus dineros.
AdiósNorroña. Así mismo, observamos en la elección negociada de la priista Dulce María Sauri como presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados: se ha reducido y encarecido el juego para imponer representantes en el congreso de la Unión, que no cuadran con el perfil verbal exigido por la 4ªT.
Son excluidos quienes atenten contra las figuras institucionales, así sean a propuesta de amigos, aliados y compadres, como fue el caso del -solo por hoy- petista Noroña. Raro, pues Alberto Anaya, huele a salinas desde sus tiempos de juvenil dirigente de la organización de colonos “Tierra y Libertad”, ubicada en Monterrey, Nuevo León, en la década de los 80´s.
En este ambiente de enroques de funcionarios públicos, diputados y senadores, una cosa va quedando cada día más clara.
La política de Estado profundo impuesta para liquidar su variante neoliberal excéntrica -mercado sin fronteras-, a cambio del Bienestar egocéntrico de mercados protegidos abanderado internacionalmente por el proto-fascista Donald Trump, fortalece sus posiciones en México: enclaustrando, amedrentando y amenazando personajes -fama pública- de segundo pelaje vinculados a actos de corrupción de Estado, mientras protege a los verdaderos jefes de tanto desfalco; cerrando a otras ratas, la posibilidad de repetir lo mismo: escalar posiciones oligarcas, robando bienes públicos.
Chiv@sExpiatorios. Rosario Robles, Juan Collado, Sosa Castelán, Jiménez Espriú, Jaime Rochín, Juan Carlos Zepeda, Lozoya, Clara Torres, Martínez Cázares, CaldeRón, Josefa González, Ursúa Macías, Tonatiúh Guillén, Patricia Vázquez, Simón Levy, Patricia Bugarín, Mónica Maccise, más los anónimos arrepentidos que se amorataron a tiempo, sirven de circo popular a ése Estado global capaz de superar sus propios trances y enfermedades, quemando sus naves; como siempre lo hace.
Ya sabemos que a los políticos mercenarios se les cuece aparte en eso de las artes de la vida pública nacional, y, sin embargo, llama la atención las críticas al segundo informe de gobierno federal de AMLO, donde todo suena a Alicia en el país de las maravillas: reino de nunca jamás.
Mentiras. El sorprendente segundo informe, 95 de 100 compromisos de gobierno ya han sido cumplidos, es criticado por faltar a la verdad, y, por ende, ser un acto corrupto, donde la caída estrepitosa del sistema, hasta más de menos 10% del PIB, festina pírricas recuperaciones, como si fuera carnaval brasileño.
Fiel a sus convicciones de siempre, AMLO no dudó en mandar al diablo a la penúltima de sus carismáticas instituciones: Morena y su bandera de la cuarta T. A partir de asumirla primera posición federal del poder ejecutivo, de risa loca ha sido el sistemático desmonte de un mazacote liderado por un apóstol moralina.
Con movilizaciones de masas, manipulación de un millón de comités inexistentes más que en membrete durante su campaña última, integración de coaliciones electoreras y juego de peones en el tablero del poder legislativo, hoy se apresta a consolidar la conversión presidencialista del régimen neoliberal al de bienestar, apoyado en la vieja estructura operativa política priista, integrada por el extracto liberal de lo que fue la generación reformista (1968-1918).
Con renuncias extremas en su gabinete, todo apunta al fortalecimiento de la política escudada en la bandera de procurar, primero, a los pobres, exactamente como lo han prometido e incumplido, todos los expresidentes.
La táctica de masas ejecutada, casi, impecablemente, culmina en convocatorias selectivas legitimadas por un gobierno de oropel: cabildeos profundos, avalan la faraónica selección de la presidencia nacional de morena, utilizando instrumentos cuestionados (trife, ine); y, genial, dirigiendo la consulta pública para enjuiciar presidentes por decisiones de la masa anónima, sin dejar de anteponer, que, así como lo canta previamente, en su momento votará en contra. Lavándose las manos, como Pilato.
Pleno de autoelogios y auto consuelos, según sus maravillosos datos, hicimos con la pandemia lo que ningún gobierno, abatiendo los costos de su atención sanitaria y sociales, al punto de estar próximos al semáforo amarillo y verde. A pesar de, que, cada semana, suman 5 mil infectados al estatus de muertos; llegando este buen fin, a setenta mil.
DonGastónBilletesNoCuidaSuCarterita. No hay en una línea de su auto festinado segundo informe, ni un destello de autocrítica reconociendo, que, sus famosos logros después de la pandemia, son consuelo de tontos perdidos en despilfarros microeconómicos y pago puntual de los intereses de la deuda pública, que, engrosan la deuda pública; además de seguir siendo garantía, de los préstamos a la iniciativa privada.
Eso sí, sin más intermediarios que los beneficiados bancos, por los cobros implícitos en el manejo de cuentas; además, de su jineteo rápido.
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