NI ELLOS SE SALVAN
Desde anoche se abrieron las puertas del encanto, liberando las fuerzas mágicas del cosmos para hacer el bien y el mal. Durante todo este Primer Viernes de Marzo se pueden hacer los amarres, pactos y conjuros con el apoyo de las fuerzas del mal para obtener poder, dinero y la desdicha del enemigo o bien procurar el aseo del aura para recomponer el camino, atraer la buena suerte, la salud y el amor. Se sana y se mata en este día, según la creencia prehispánica que sigue vigente hasta estas fechas.
Los rituales esotéricos se realizan en todo México pero Veracruz tiene una región ícono donde abundan los brujos, chamanes y sanadores: Los Tuxtlas y en especial, Catemaco, que durante décadas ha sido punto de confluencia de quienes buscan en la mágica, blanca o negra, la solución a sus problemas. El Primer Viernes de Marzo llegó a Catemaco con dos situaciones inéditas, la ola de inseguridad y violencia que ya alcanzó a los mismos brujos y el reciente deceso de uno sus hechiceros más populares, Tito Gueixpal Seba.
Durante los últimos años se hablaba que la crisis económica había afectado a la “brujería turística” de Catemaco por el desplome de la afluencia de visitantes en estas fechas pero la situación empeoró con el desprestigio que envolvió a los brujos luego de que erraron en sus profecías políticas. Durante muchos años gozaron de la cercanía con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fueron chamanes de cabecera de los políticos y algunos hasta militaron abiertamente en el tricolor. A los priistas les auguraban triunfo tras triunfo, haciéndoles conjuros para lograrlos.
Sin embargo, el mismo azar se las cobró a los brujos tuxtlecos pues en masa pronosticaron la victoria del PRI en los comicios presidenciales del año 2000 y fallaron ya que ganó el panista Vicente Fox. De ahí su fama se fue a pique. Ahora la mayoría están tildados como charlatanes y sus clientes mermaron dramáticamente. Pero esa no es su única desventura pues ahora los chamanes padecen lo mismo que el resto de los veracruzanos: la ola de inseguridad y violencia. Desde el sexenio pasado, la región de Los Tuxtlas fue invadida por grupos del crimen organizado y en los últimos tres años la situación se volvió caótica: secuestros, extorsiones, homicidio y ajustes de cuentas es el pan cotidiano de esa zona.
Incluso, cerca de allí, en el municipio de Isla, unas parientes del secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández están “desaparecidas” desde hace tiempo, y ni así el funcionario se animaba a activar la Alerta Amber, la cual hace un par de días fue establecida en la entidad debido a la presión de las organizaciones civiles que reclaman la búsqueda de personas plagiadas. Pero volviendo al caso de los brujos, hoy en Los Tuxtlas hasta los brujos que son expertos en tratar con el chamuco y la calaca tienen miedo de lo que sucede.
Las versiones que se cuentan en aquellos lugares es que los chamanes sos están sujetos al “cobro de piso” por parte de la delincuencia organizada y al reparto de las ganancias por cada “amarre”, “limpia” y “conjuro”. Nadie se salva de los delincuentes que, de acuerdo a los mismos brujos, actúan en complicidad con autoridades estatales y municipales. Los brujos también le temen a los policías municipales y estatales de la misma forma que a los malosos. Vaya que son chafas esos hechicero que no pueden lanzar un maleficio a sus extorsionadores, hacerles mal de ojo o por lo menos meterles un sapo en la panza a esos que los acosan, tanto criminales como políticos.
Por otro lado, el pasado 13 de febrero murió Tito Gueixpal Seba que se hacía llamar “El Poder Negro”, uno de los llamados “brujos mayores” de Catemaco, Tito Gueixpal y quien realizó conjuros y hechizos para la clase política local y nacional –en su casa exhibía fotografías con varios presidentes de la República y gobernadores-. Gueixpal fue junto con Gonzalo Aguirre y Manuel Utrera, ya finados también, de los brujos más famosos de Catemaco. Lo chusco del caso es que Gueixpal Seba era un brujo especializado en magia negra pero fue velado con el rito católico, le celebraron misa en el templo de Nuestra Señora del Carmen y lo sepultaron en medio de cruces y rezos. No cabe duda de que es cierto aquel refrán de que “lo que menos has de querer, en tu casa los has de tener”.
TRIPLE “O”
Es una coincidencia pero únicamente ortográfica pues en el mundo de los negocios y la corrupción, el azar no existe, todo es alevosía, premeditación y ventaja. Así, hay tres empresas que hicieron o siguen haciendo negocios en Veracruz al amparo del tráfico de influencias y la colusión con políticos deshonestos, y el nombre comercial de las tres comienza precisamente con la “O”. Una de ellas es Oceanografía SA, que actualmente acapara el escándalo mediático nacional, el cual alcanza a los expresidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.
Oficialmente la firma es propiedad del empresario Amado Yáñez Osuna pero los socios ocultos o por lo menos traficantes de influencias para beneficiarla son los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca, hijos de Martha Sahagún, esposa de Fox Quesada. Oceanografía se benefició con contratos millonarios en la prestación de servicios con la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y habría recibido ingresos por más de 46 mil millones de pesos con 106 contratos otorgados por Pemex. Es decir, durante 12 años le entregaron diariamente a la empresa de los Bribiesca ¡¡10.5 millones de pesos!!. Haciendo un comparativo local esos 46 mil millones es la mitad del presupuesto que el gobierno de Veracruz ejercerá en el 2014, o como diría el maestro Miguel Ángel Barragán para medir lo increíble en la idiosincrasia del jarocho: habrá que imaginárselo en michas.
Si bien Oceanografía S. A. está relacionada con Veracruz por una de las zonas donde prestó servicios a Pemex que es Coatzacoalcos y Poza Rica, también tiene nexos por la corrupción que involucra a una de las familias políticas más antiguas de la entidad y ligadas, por supuesto, a la fidelidad y al duartismo: los Pérez Jácome de Coatepec. El patriarca, Dionisio Pérez Jácome, ha sido priísta de toda la vida y eterno burócrata pues lleva más de 40 años conectado a la nómina pública. La hija del ex funcionario duartista , Gloria Pérez Jacome conductora de Televisión Azteca está casada con Martín Díaz Álvarez, sobrino de Francisco Gil Díaz, el exsecretario de Hacienda con Fox Quesada y no de los accionistas de Oceanografía que está bajo investigación de la PGR.
La familia Pérez Jácome es insaciable pues no sólo el padre ha vivido toda su vida del erario sino además no le importó que sus descendientes se beneficiaran de la corrupción imperante en gobiernos de los panistas Fox y Calderón. Su hijo, Dionisio Pérez Jácome Friscione, fue funcionario de Hacienda y secretario de Comunicaciones y Transportes en el calderonato, y actualmente es representante de México ante la OCDE, ya de regreso con el priista Enrique Peña Nieto ¡Qué bonita familia!. Por cierto, el último cargo de Pérez Jácome padre fue en la dirección del Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014. Hay que destacar que ahí la suerte le sonrió al gobernante en turno – ¡vaya, una de cal!- porque lo despidió antes de que le estallara otro escándalo internacional por sus nexos con Oceanografía.
ECOCIDIO Y CRIMEN
La segunda empresa cuyo nombre comienza con la “O”, que sigue operando en la entidad, que es sinónimo de tráfico de influencias y hasta delitos graves, es la brasileña Odebrecht, la cual tiene un negro historial de atropellos, abuso de autoridad y complicidad criminal con gobiernos de América Latina -hasta la han expulsado de varios de ellos-. Fue traída a Veracruz desde el sexenio pasado por el entonces gobernante en turno, aquel que no debe ser nombrado, y el cual, según los bien enterados, no sólo pactó varios contratos para construcción de presas sino cobró comisiones millonarias y hasta se hizo socio en empresas subcontratistas a nivel local para medrar del negocio. ¿Se acuerdan de aquel viaje a Salvador Bahía en mayo del 2010? Ahí se acordó el chanchullo.
Así, Odebrecht tiene a su cargo la construcción de presas en varias cuencas hidrológicas de Veracruz donde ocasionará ecocidios y perjuicios enormes a los lugareños. En Amatlán de los Reyes pretende edificar la presa El Naranjal para explotar el río Blanco y ahí ya habría aplicado sus métodos preferidos para contrarrestar a los opositores: la intimidación, el hostigamiento y la agresión directa través de grupos de choque y sicarios. Así, en agosto del 2014, el ecologista Noé Salomón Vázquez Ortiz fue asesinado a pedradas por dos sujetos aparentemente contratados para frenar la lucha ambientalista de la agrupación Colectivo Verde.
De manera paralela, personeros de Odebrecht en presunta colusión con bandas delictivas de la región ha vertido amenazas de muerte contra el sacerdote católico Julián Verónica Fernández, titular de la parroquia de Los Santos Reyes, quien brinda un apoyo solidario a los grupos ecologistas que se oponen a la construcción de la misma presa. Desde diciembre del 2013 las amenazas contra Verónica Fernández se intensificaron por lo que el Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juarez” y el mismo obispo de Córdoba, Eduardo Patiño, exigieron a los gobiernos federal y estatal medidas precautorias para salvaguardar la integridad física del religioso originario de Coatepec.
Prácticas intimidatorias similares las usa Odebrecht en la región de Jalcomulco donde el corporativo socio de la fidelidad pretende construir otra presa para explotar las aguas del río Pescados. Los personeros de la empresa no sólo han amenazado a los ambientalistas sino también reciben ayuda del gobierno duartista que ha enviado funcionarios a ofrecer dinero y proyectos productivos a los lugareños para que cedan sus tierras y acepten la construcción de la presa, según denunció el mismo alcalde del lugar, Gilberto Ruiz Vilchis.
Así, el gobierno estatal es garante de los negocios de Odebrecht y de presunto socio local, el innombrable, y nadie debe extrañar que en la zona suceda otro hecho de sangre para acallar a los opositores como sucedió en Amatlán de los Reyes. Así son ellos, los facinerosos. El tema de la tercera empresa cuyo nombre también inicia con la “O” y que involucra no sólo al innombrable sino a dos servidores públicos vigentes, uno del gabinete estatal y otro en el Congreso local, se deja para un siguiente texto.
