Alejandro Solís
Columnista
En contra de la transformación prometida en campañas, la realidad pinta peor para los pobres, quienes deberían ser los primeros beneficiados del régimen de Bienestar. Al contrario, la pandemia incrementó las miserables condiciones de vida y trabajo de por sí existentes; por ejemplo, al punto de convertir los mercados municipales en incontenible foco de propagación de la enfermedad Covid-19.
Comerciantes y compradores, apurados unos en realizar sus frágiles inversiones y, otros, en adquirir mercancías para revender o consumir, aflojan o no aplican las recomendaciones sanitarias mínimas para prevenir, curar, evitar, y, disminuir contagios. A pesar de muertos y enfermos en aumento, hay quienes aún dudan de la existencia del virusCORONA.
QueSeMuereDelSusto. Enfermos de lo que sea, preocupados por descartar se traten sus dolencias de una simple gripita, o, algo más complicado, al preguntar en centros médicos particulares topan con la cruda realidad de desembolsar 90 mil pesos, tan solo por estudios diagnósticos.
Ingresando al protocolo, seguramente serán dictaminados como portadores de Covid-19, e, inmediatamente separados de sus familiares, con escasas probabilidades de volver a verlos.
Aterrados, además, por las cifras del mercadeo médico, no pocos deciden ponerse en manos de Dios, como dicen los católicos. Pero, como la gente tiene necesidad de comer, aunque sean miserias, el negocio no deja de funcionar mandando a la basura las medidas de sana distancia. Del decálogo de AMLO para los tiempos de pandemia, ni quién se acuerde. Menos con la escala del conflicto a atentados contra funcionarios del régimen.
NiAquiénCreerle. Para comprender sin apasionamientos ni torceduras el pensamiento y resultados de la administración ejecutiva de AMLO, hace falta un poco de malicia crítica, y, muchísima formación científica, académica, económico-política, social e ideológica; además de contar con práctica vasta en política de masas, de salón y pasillos gobernantes.
En una sociedad dispersada a propósito es difícil el desarrollo de sujetos, núcleos, grupos, o, conglomerados comunitarios, que haya reunido esa experiencia y ofrezcan banderas unitarias, pues el sistema dominante penetra vanguardias para cooptarlas, corromperlas, imponerle términos, y/o, destruirlas, usando lenguajes contrarios, semejantes, o, idénticos. Por ejemplo.
ElPoderNoEsJuguete. Constituida la democracia política como una mentirilla piadosa, jugarla es de tontos, confundidos, o, convenencieros porque, ¿cómo puede haber igualdad política, con desigualdad económica? ¿Qué democracia puede haber en las relaciones de un modesto carretillero y su eventual patrón, o, contratante esporádico, de quién espera una propina?
Sin embargo, el dominio no garantiza instrumentos eficientes de control; su naturaleza mercenaria le obliga a pagar por todo, a sabiendas de que, el dinero, no garantiza fidelidades, verdades, ni resultados. ¿Quién asegura a un patrón, que su empleado no le robe a la vuelta de su espalda?, ¿Quién garantiza que su empleado, reciba salario y tratos justos?
Peor se pone la cosa al proliferar discursos económicos, académicos, políticos, ideológicos, emocionales y sentimentales trillando en el mismo sin- sentido: para que un canijo oligarca viva feliz, necesita rodearse de sirvientes fieles y esclavos rejegos, directos e indirectos, en nómina formal e informal; cuidando, y, facilitando sus negocios.
Es tanto el desamparo, que, al amparo de una santa, o, un santo, misericordia obliga a dispensar limosnas, con tal de descargar conciencias, y, el cuidado de la hacienda, sin garantía.
LaEntidadyElEnte. Unos cumplen roles fifís y otros chairos, engordando el caldo con supuestas broncas, como las políticas públicas de atención al Coronavirus, sin evitar -o, procurando, que- 25 multimillonarios ganaran 233 mil millones de dólares en dos meses de pandemia, extraídos de cuentas bancarias y colchones de oligarcas, capitalistas y gente del pueblo.
Mientras la vacuna anhelada desboca carrera de galgos por patentes y mercados potenciales; cuando de algún lugar de los excesos salió el coronavirus para anidarse entre miserias, a millones se les cuecen las habas por no saber qué hacer en medio de mentiras.
Para conservar la disparidad económica, la oligarquía disloca la unidad de pensamientos y acciones contrarias, financiando un mal necesario: castas de políticos, regímenes, gobernantes, tendencias y acciones ideológicas para que el páramo parezca jardín floreciente; con una idea central: que todo siga igual, reduciendo la lucha de clases a “la jornada electoral democrática”.
NiParaDondeHacerse. Hasta hace dos décadas todo corría como miel sobre hojuelas para la oligarquía financiera gringa y sus aliados locales usando instrumentos políticos neoliberales, uno de los cuales es el endeudamiento público, y, privado… avalado por Hacienda.
Con presupuestos deficitarios, la deuda creció sin freno, tragándose hasta los ingresos obtenidos por el remate de la suculenta propiedad estatal y paraestatal. Deuda nacional autorizada por Fox, Calderón y Peña Nieto, eslabonó una herencia, que la 4ªT no quiere, ni puede renunciar.
“A este febrero la deuda externa alcanza 206 mil 657 millones de dólares; la revaloración del dólar frente a otras divisas (73 por ciento de la deuda externa está en dólares) y las amortizaciones dispuestas en este tiempo implicaron que en dos meses el endeudamiento creciera 2 mil 949 millones de dólares, prácticamente 50 veces más de lo que se pretende obtener con los recortes al salario de la alta burocracia anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador”. (Dora Villanueva, La Jornada, 13.04.2020).
50 años de políticas neoliberales capitalistas operadas por mafias atadas hasta por convenios matrimoniales, hicieron impunes a sus tecnócratas operadores. Seguramente, hay demasiado molestos por la pérdida de sus privilegios, a manos de proteccionistas nacionalistas. Sin embargo, no descarte Usted que se trate de una pésima opereta, para sobrevalorar el papel de “El Presidente”, propagando entre las masas la idea falsa de ser el centro del poder de Estado, inclusive, con la capacidad y claves para cambiar o transformar cualidades tácticas gobernantes y administrativas del Estado. Nada más lejano de la realidad.
El administrador en turno es nombrado en el cargo por ofrecer garantías para que las cosas aparenten lo contrario: aceptar las reglas del juego del poder, administrar la hacienda para recaudar el máximo de impuestos, elaborar un programa de gobierno deficitario, completando el gasto con más préstamos. Controlar la jicotera para que la cadena de valor no se interrumpa. Darle avión a la gente para que los netos trapaceros anteriores no paguen culpas por su labor cumplida. Ejercer la autoridad con pocos recursos.
Hoy, los términos del tratado comercial renovado, indican que la dependencia sigue igual, pero con dominio importante de los proteccionistas supremacistas representados por Trump. Combinados los triunfos conservadores liberales, de Trump y AMLO con el desplazamiento de los equipos gobernantes neoliberales dominados por Clinton-Obama y Atlacomulco, no dude Usted que sus diferencias sean causa de la miseria, descontrol de la pandemia Covid-19, y, otras enfermedades.