George Floyd, el hombre afromericano cuya muerte a manos de un policía ha sido el detonante de las protestas de la última semana en Estados Unidos, dio positivo por COVID-19 el 3 de abril, casi dos meses antes de fallecer ya sin síntomas, según nuevos datos de la autopsia difundidos este miércoles.
Sin embargo, esa enfermedad no estuvo entre los factores que causaron su muerte, de acuerdo con el informe completo de su autopsia, difundido a última hora del miércoles por la oficina del forense del condado de Hennepin, Andrew Baker, y reproducido por la prensa local.
La muerte de Floyd, ocurrida el pasado 25 de mayo, fue causada por un “paro cardiorrespiratorio” ocurrido mientras le inmovilizaban varios agentes de policía, indica el informe de Baker.