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EL MINUTERO

Superiberia

Andrés Timoteo
Columnista

DÍA 77: ¡NO LES CREAN!
 Peligroso caso el de México donde del “no pasa nada, hay que abrazarse”, “sigan saliendo con la familia” y el “detente enemigo que el Corazón de Jesús está conmigo” se pasó a que la peste “nos cayó como anillo al dedo”, “ya aplanamos la curva”, “tenemos menos muertes que otros países”, “domamos la pandemia” y “volveremos a la nueva normalidad”.
 El discurso del gobierno lopezobradorista frente a la pandemia de Coronavirus es de mentiras abiertas. Sin empacho se le miente al pueblo por todo: desde el riesgo previo a que los contagios masivos llegaran al país hasta las insuficientes y aletargadas medidas de aislamiento social y las cifras sobre enfermos y fallecidos. Ahora se intenta engañar a la opinión pública con un desconfinamiento precipitado, a voluntad presidencial y no por recomendaciones científicas ni porque el riesgo sanitario haya amainado.
 La curva estadística sigue en ascenso y ya se han llegado a registrar por día más de 500 muertes y 3 mil contagios, por lo que también el famoso pico de la pandemia es una mentira utilitaria del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell para acomodar la realidad al gusto del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este histrión que pusieron como “vocero de la pandemia” engaña diariamente en sus conferencias que los gobiernistas ufanamente denominan “nocturneras” para ponerlas en el mismo rasero de las “mañaneras” presidenciales. 
Y sorpréndanse todos: el último dislate del falsario López Gatell para justificar las inacciones gubernamentales es su dicho que la aplicación de pruebas clínicas a la población para detectar el Covid-19 “son un desperdicio de tiempo, esfuerzo y recursos”. Es decir, este flojonazo quiere ‘evitar la fatiga’ como diría el clásico. 
 En pleno crecimiento de la numeralía fatal, las autoridades mantienen la fecha del primero de junio para levantar las restricciones sanitarias y alentar a que se salga del confinamiento -los pocos que lo guardaron- pese a que eso significa mandarlos a infectarse. El propio López Obrador reanudará giras por el interior del país donde encabezará actos multitudinarios sin importar que estos se conviertan en focos de transmisión del virus.
 Al tabasqueño poco le importa la salud pública pues lo que le pesa es estar impedido para sus actos propagandísticos a fin de detener el desplome en su aceptación popular. No hay que olvidar que, desde el movimiento feminista registrado antes de la emergencia sanitaria, perdió el control de las calles y su presencia en las masas. De ahí su urgencia para regresar a la parafernalia en la que le rinden culto a su personalidad.
 Entre los seis estados que visitará López Obrador hay dos considerados en semáforo rojo por el alto número de contagiados y fallecidos y donde el sistema hospitalario está por colapsar, Tabasco y Veracruz -el fin de semana estará en Coatzacoalcos, Minatitlán y Sayula de Alemán-. Es decir, en medio de la hecatombe epidémica, el mandatario quiere actos multitudinarios donde se acarrea a cientos de personas. La salud de los tabasqueños y los veracruzanos es lo que menos importa.
 Dentro de este mismo contexto ya muchos funcionarios de la llamada “cuarta transformación” – entre ellos la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum- comenzaron a difundir un despropósito más: que habrá una “segunda ola” de contagios por el Coronavirus ¡cuando todavía ni siquiera acaba la primera! Ese anuncio no es preventivo ni de alerta sino acomodaticio.
 Es cierto, todos los científicos coinciden en que habrá rebrote de la pandemia, pero únicamente se puede hablar de ello cuando efectivamente la emergencia sanitaria por la primera ola haya disminuido. El discurso de los funcionarios morenistas es, pues, para reforzar la mentira presidencial de que ya se terminó la Fase 3 de la contingencia y se inicia la Fase I del desconfinamiento. Falso.
 La pandemia no ha cedido en el país, cada día aumenta el número de enfermos y muertos. La población no debe hacer caso al bulo oficial ya que, en cuestiones de emergencia sanitaria, este tipo de mentiras son mortales. Los mexicanos deben entender que sus gobernantes los llevan a una celada vírica y tragarse las engañifas del tabasqueño López Obrador y del subsecretario López Gatell es correr el riesgo de terminar en un hospital o en una tumba. ¡No les crean por su vida!
 
PELO SUELTO
 Son tiempos inéditos en Veracruz, eso nadie lo dude, y no por cosas buenas sino por las nefastas. Como se preveía, la mayoría de los integrantes del congreso local nombraron por vez primera en la historia estatal a una “narco-fiscala” obviando todo recato y distancia con la actividad reprensible. Los diputados de Morena y sus aliados finalmente sacaron adelante la orden del Ejecutivo estatal para mantener a la tuxtleca Verónica Hernández Giadáns al frente de la Fiscalía General del estado.
 Lo hicieron a sabiendas de todo lo que representa y ahí está la lectura obligada sobre los días negros que se perpetuarán en la entidad.  Es cosa pública que Hernández Giadáns está ligada familiarmente con Guadalupe Hernández Herviz, a quien apodan “La Jefa”, operadora del cartel del narcotráfico “Los Zetas”. Son primas y un indicio de la línea de conducta en la nueva fiscala es que dos semanas después de que fue nombrada encarga temporal de dicha oficina, en septiembre, la narco-prima fue liberada del reclusorio de Coatlán del Río, en Morelos.
 Esto luego de que Hernández Giadáns buscó al fiscal general de la nación, Alejandro Gertz Manero para reunirse en privado, y voilà: las rejas se abrieron para la pariente. Hoy está libre. Un segundo y tortuoso indicio es la célula criminal con la que se le relaciona a la prima, enemiga de otro cartel venido del pacífico y contra el cual se han dirigido todos los operativos policíacos de parte del gobierno estatal.
 Hay que leer los acontecimientos: ¿alguien ha visto detenciones y procesos judiciales contra los integrantes de la organización criminal para la que opera la prima de la fiscala? El asunto no es pequeño, el nombramiento de Verónica Hernández Giadáns en la FGE lleva un mensaje puntual: el crimen sí tiene permiso en Veracruz -y en especial, determinadas estructuras delictivas-. El gobierno cuitlahuista ‘se soltó el pelo’ y entregó la Fiscalía al crimen organizado.
 Ayer mismo, los legisladores nombraron a Clementina Salazar, una operadora de Morena y quien se ocupaba un cargo en la oficina del gobernador, como nueva titular de la Fiscalía Especial de Combate a la Corrupción. La señora Salazar Cruz sabe de organizar recorridos de candidatos en barriadas, de armar la porra y la batucada, acarrear votantes y comprar credenciales de elector, pero no de leyes ni de combate a la corrupción. Otro mensaje: los corruptos pueden estar tranquilos.
 También en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) fueron nombrados el expanista Alfredo Corona y la fidelista Magda Zayas como consejeros sustitutos de Arturo Mariscal y Rubén Mendoza quienes renunciaron semanas antes. El primero, Corona Lizárraga es un panista arrepentido y neomorenista que se desempeñaba como encargado de la Fiscalía Especial de Combate a la Corrupción desde octubre pasado. Fue parte de la trama palaciega para destituir a su antecesor, Marcos Even Torres Zamudio.
 Corona está ligado directamente con otro expanista, Domingo Bahena Corbalá, secretario del congreso local -era su asistente- y quien a su vez pertenece a la corriente que lidera el exdirigente estatal del panismo, Alejandro Vázquez Cuevas y el ahora diputado local con licencia, Enrique Cambranis quien todavía permanece en Acción Nacional, pero operando para Morena.
 En tanto, Zayas Muñoz se desempeñó durante todo el sexenio de la fidelidad como jefa de prensa y operadora de ataques mediáticos -algunos contra la misma comunidad reporteril- del entonces secretario general de Gobierno, el oscuro Reynaldo Escobar Pérez. También está ligada a una familia propietaria de un consorcio mediático que ha obtenido cargos públicos en la llamada “cuarta transformación”. Y ahí un mensaje más: los favores recibidos de los impresentables del pasado se pagan, aunque Veracruz tenga a los perores servidores públicos.
 
LA SIRVIENTA RESPONDONA
La sabiduría popular dicta que “el que sirve a dos amos, con uno queda mal” y eso le sucedió a la alcaldesa de Córdoba, Leticia López Landero, quien había logrado una cercanía casi a nivel de complicidad con el morenismo gobernante, pero tuvo que maniobrar para que el cabildo votara en contra de la reforma electoral recientemente aprobada en el congreso del estado.
 El martes sesionó el cabildo cordobés y contrario a todas las predicciones no se avaló lo que le ordenaron a López Landero desde la Secretaría de Gobierno. Algunos dicen que con eso negoció que su hijo, Isaac Luz, actual titular del DIF municipal, ‘amarrara’ la candidatura del PAN para suceder a su madre en el 2021 aunque otra versión es más simple: si Córdoba respaldaba la reforma los López Landeros serían expulsados del albiazul.
 Entonces, la alcaldesa se quedaría como “el perro de las dos tortas” -aludiendo a otro dicho popular- sin la candidatura panista ni posibilidad de perpetuarse en el ayuntamiento a través de su vástago pues Morena ya tiene a su candidato a la alcaldía, el diputado local Rubén Ríos, y difícilmente abanderaría al junior de la edil porque además significa echarse encima el voto de castigo de todos los cordobeses. Ni modo, la sirvienta se le puso respondona a uno de sus amos.

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