Actualmente la educación mexicana se encuentra en proceso de duelo producto del COVID-19 (un duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida), viviendo la modernidad de las clases virtuales, tareas en casa y los aprendizajes por medio de cualquier tecnología cambiando las aulas por la cama, la mesa del comedor o un espacio asignado, así como dejando de lado al docente por la televisión, el celular o la computadora; sin embargo, el pasado 18 de abril de 2020 se anunciaba que se suspendería el Ciclo Escolar por un corto período en el que el actual secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, afirmaba que: “El Ciclo Escolar lo vamos a rescatar”, al anunciar que se perderían seis semanas de clases por la emergencia sanitaria COVID-19; cabe mencionar que a la fecha de esta publicación llevamos 57 días de contingencia.
Corroborando lo anterior, debe preocuparnos el duelo que está viviendo la educación mexicana; ya que la Asociación Nacional de Aprendizaje de Verano de los Estados Unidos dice que “la pérdida de aprendizaje durante períodos prolongados en la escuela primaria representa dos tercios de la brecha en el rendimiento en la lectura entre niños de bajos ingresos y sus compañeros de ingresos medios”, dejando claro que al tiempo que están disfrutando un receso de descanso están olvidando lo que aprendieron; entonces lo preocupante es que en este período de contingencia los mandatarios de los estados afirman que ningún alumno será reprobado; sin embargo, están olvidando los procesos adquiridos en las aulas.
El docente es el formador de muchos ciudadanos, en sus manos están las generaciones de exitosos profesionistas, empresarios, científicos, líderes políticos, religiosos, técnicos medios, padres de familia; etcétera, por lo tanto, el rol docente influye en los individuos cuando construyen un conocimiento esencial, pero lo estresante para los docentes es que los planes y programas educativos siguen con la normatividad y pues se ha especificado que hay adaptaciones y flexibilidad al evaluar, pero si no se contempla presencialmente a los alumnos con los contenidos y aprendizajes necesarios del grado a cursar no cumplirían con el rendimiento académico; entonces si un docente hace la reflexión didáctica de enseñar lo que un alumno no debe ignorar, la experiencia le sugiere adaptar tareas y programar sus clases virtuales utilizando las plataformas disponibles de la sociedad de la comunicación y de la información de redes sociales, para que los alumnos sigan avanzando pensando en el mejor de los casos, se está favoreciendo que aprendan; no obstante hay estudiantes que en sus hogares no cuentan con un celular, servicio de televisión por cable, ni un presupuesto para ir a un ciber y realizar sus tareas con las medidas pertinentes que sugiere el Sector Salud; las zonas serranas son las más desvalidas y estos serían los que no cumplen con lo necesario para que al regreso a clases aprueben y/o si las circunstancias ameritan todos aprobarían en el grado que viene y se presentarían con límites de aprendizaje a contenidos que no comprendan encontrándose con burlas y etiquetas sociales.
En el estado de Veracruz se planea una “nueva normatividad” para la adaptación de contenidos de acuerdo al programa “Aprende en casa”, oferta educativa que aún no permea en Educación Básica.
Alternativas
La opción para el Sistema Educativo Nacional para el próximo Ciclo Escolar 2020-2021 será dividirlo en dos semestres, el primero de seis meses retroalimentación, regularización fortalecimiento a los buenos hábitos de estudio, enseñarles métodos y técnicas de aprendizaje didácticamente autónomos, para que tengan la habilidad de la lectura de comprensión, resumir, sintetizar, elaborar ensayos, informes escritos y de la sociedad de la comunicación y de la información a través de plataformas digitales. Y el segundo semestre de aprovechamiento, en el que se deben incluir no tan sólo la recomendación de la SEP, respecto a la buena higiene y alimentación. Deben los padres de familia involucrarse y establecer que en las tiendas escolares no se vendan bebidas endulzantes, productos chatarras y enfatizar en el programa de ahorro escolar una enseñanza indispensable de estas futuras generaciones, aprender a tener el ahorro de recursos económicos para enfrentar situaciones como las que estamos viviendo en esta pandemia.