Xalapa.- El investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), Jesús Javier Bonilla Palmeros, desde hace 37 años estudia la indumentaria indígena de México, especialmente de Veracruz, Puebla, Chiapas y Oaxaca.
Como parte de sus investigaciones incursionó en la crianza de gusanos de seda, lo cual no se vio afectado en este período de resguardo domiciliario por la pandemia Covid-19, puesto que es precisamente en su casa donde desarrolla la sericicultura.
El especialista en estudios de iconografía y códices, recordó que la primera temporada de trabajo en campo como estudiante de la Facultad de Antropología fue en 1983. Su estancia por un mes en Hueycuatitla (Monte Grande), municipio de Platón Sánchez, fue su primer acercamiento al simbolismo implícito en los motivos que aparecen en la indumentaria tradicional.
“Algunas figuras que sólo están reservadas para las prendas ceremoniales conllevan cargas simbólicas que se corresponden a la estructuración del cosmos, asociaciones simbólicas entre los seres de la naturaleza y los espacios”, expresó.
Producción
de seda
En un inicio, el interés de Bonilla Palmeros por indagar sobre los significados de las representaciones textiles fue recopilar la serie de historias que le daban sustento al uso de algunas figuras en las prendas, pero con el tiempo variaron los intereses, algunos son: registrar los motivos en catálogos, profundizar en las técnicas de manufactura textil, documentar los procesos de tinción con materiales naturales y conformar un acervo con piezas tradicionales, muchas de ellas ya en desuso,
Como producto de su investigación sobre la vestimenta de los pueblos originarios, publicó cinco catálogos de iconografía textil indígena, con base en los estudios de la indumentaria entre grupos que habitan en el estado de Veracruz, bajo el sello del extinto Consejo Veracruzano de Arte Popular -Tejidos de Jilotepec. Iconografía Textil Totonaca (2006) y Bordados de Hueycuatitla. Iconografía Textil Nahua (2009) son dos de ellos, mencionó.
Presentó ponencias sobre el tema en varios foros; incluso, impartió cursos sobre procesos de teñido con tintes naturales y técnicas de tejido a las artesanas de Atlahuilco y Tlaquilpa de la Sierra deZongolica, Acatlán en la Sierra de Chiconquiaco y Tiozuco en Quintana Roo.
Proyectos
El investigador incursionó en 1986 con la indumentaria indígena de los grupos de los Altos de Chiapas; en 1992 con las últimas dos tejedoras totonacas que había en Chiconquiaco y en el mismo año inició un proyecto de rescate de la indumentaria tradicional de Coatepec, proyecto implementado en Casa de la Cultura de la localidad. En 1994 inició sus trabajos con doña Celia Lara Gerón, la última tejedora totonaca de Jilotepec. A partir del año siguiente, comenzó sus investigaciones con artesanas huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca, cuyo objetivo era documentar el uso del antiguo huipil, los enredos y en particular el uso del hilo teñido con caracol púrpura, lo cual estaba prácticamente en desuso.
Trabajo
Actualmente continúa su labor con artesanos del Sur de Veracruz y las artesanas de Pinotepa de Don Luis y San Mateo del Mar, Oaxaca. A esto se añaden los estudios en torno al uso de los tintes naturales(añil, caracol púrpura y grana cochinilla).
Precisó que parte de los estudios también los enfoca al uso de las fibras y los procesos de hilado y tinción, razón por la cual tiene vigente el proyecto de la crianza de gusanos de seda, hilado artesanal y tinción con tintes naturales, cuya producción de madejas de seda teñidas con grana cochinilla las utilizan artesanas de Pinotepa de Don Luis, para reproducir algunas de las piezas antiguas con los materiales originales.
Se trata de un vasto trabajo que lleva años de realizarse en la entidad.