LONDRES.- Reino Unido prohibirá la venta de automóviles nuevos de gasolina, diésel e híbridos a partir de 2035, cinco años antes de lo previsto, en un intento por reducir la contaminación del aire que podría poner fin a más de un siglo de dependencia de los motores de combustión interna.
La iniciativa significa una victoria para los autos eléctricos y, si es replicada a nivel mundial, podría afectar a la riqueza de los productores petroleros, además de transformar la industria automotriz y uno de los iconos del capitalismo del siglo XX: el automóvil en sí mismo.
El primer ministro Boris Johnson pretende usar el anuncio para elevar las credenciales medioambientales de Reino Unido después de que despidió al director de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU que albergará Glasgow en noviembre, conocida como la COP26.