Al menos tres mil toneladas de basura abarrotan las calles de París y Marsella, como consecuencia de que los servicios de recolección y quema de desechos se encuentran en una huelga que ya es evidente en dos de las ciudades más importantes de Francia.
Los incineradores y recolectores de basura de dichas ciudades se unieron a la huelga en contra de la nueva reforma de pensiones que propone el gobierno de Emmanuel Macron. Los trabajadores decidieron tomar acciones desde el 27 de enero y continúan hasta hoy, informó el medio local Le Point.
La empresa que realiza estas labores, Syctom, anunció que cada día recolecta aproximadamente seis mil toneladas de basura de al menos seis millones de franceses. En dichas zonas y al no ser trasladadas, incineradas ni colocadas en basureros, se han acumulado.