MADRID.- Podría ser un apéndice de la mítica cinta de Martin Scorsese. Jordan Belfort, el bróker en el que se inspiró “El lobo de Wall Street” (2013), película protagonizada por Leonardo DiCaprio, ha demandado a la productora de la cinta, Red Granite Productions, por valor de 300 millones de dólares. Una demanda que nace de una irónica situación, puesto que uno de los cofundadores de la productora está acusado de lavar dinero a través de la empresa.
Según la versión del ex corredor de bolsa de la que se han hecho eco medios como “The Wrap”, la venta de los derechos de la historia a Red Granite Productions se produjo confiando en las palabras de Riza Aziz, cofundador de la productora que la presentó como “una compañía de producción cinematográfica financiada de forma legítima y legal”. Sin embargo, la empresa no estaba “financiada de forma legítima y legal cuando adquirieron los derechos de Belfort”, y el bróker declaró haber estado “ciego” al enterarse de la procedencia de los fondos de la compañía.
Y es que Aziz está acusado de lavar hasta 248 millones de dólares a través de Red Granite Production, una información que Belfort conoció más tarde. “Si lo hubiera sabido, desde luego que no habría vendido los derechos”, continúa la demanda, en la que Belfort acusa también a la productora de haber ocultado estos “actos criminales e ilegales”. Belfort también afirma que Red Granite ha “manchado” sus derechos en el futuro, algo que ha impedido maximizar los beneficios de futuro de su historia debido al escándalo.
Belfort acusa a la productora de fraude, representación negligente, violación de la Ley RICO de Chantaje Civil, Influencia y Organizaciones Corruptas, ruptura de contrato y ruptura del pacto de buena fe y trato justo. Como compensación, el ex corredor de bolsa pide hasta 300 millones en daños y perjuicios, cifra de recaudación en taquilla de El lobo de Wall Street, así como la revocación de su trato con Red Granite. Por su parte, el abogado de la productora, Matthew L. Schwartz, declaró a The Wrap que “la demanda de Jordan Belfort no es nada más que un intento desesperado e increíblemente irónico para salir de un trato que, por primera vez en su vida, le ha hecho rico y famoso en el marco de la ley y de forma legítima”.