Por: Jorge Fernández Menéndez / columnista
Nunca me gustó la opción de Santa Lucía y el sistema metropolitano de aeropuertos como reemplazo a la construcción del aeropuerto internacional de Texcoco. Aun hoy, con aquella obra ya cancelada y parcialmente desmontada, sigo pensando que era una mejor opción.
Pero la decisión ya está tomada. He ido en diversas oportunidades a Santa Lucía y cuando apenas se esbozaba el proyecto había tenido una larga plática con el general, ingeniero militar, Gustavo Vallejo, responsable del proyecto. Volví el miércoles a Santa Lucía, a 89 días de iniciados los trabajos, a recorrer las obras y entrevistar al general Vallejo y a su equipo.
El avance de los trabajos es notable y el general y su gente exhiben responsabilidad y compromiso. El diseño que conocía del futuro aeropuerto ha cambiado sustancialmente. Habrá dos pistas internacionales que podrán trabajar en forma simultánea y otra pista (la que se dijo que no podría operar en forma simultánea) que servirá como apoyo a una de las internacionales. La amplia zona comercial y de sala de espera tendrá 44 posiciones, pero se contará, además, con una muy amplia zona para la aviación de carga, alejada de la de pasajeros (la carga será uno de los principales destinos del nuevo aeropuerto, apoyado en zonas industriales cercanas, lo que constituye, en sí mismo, otro gran proyecto). Se conservará la base aérea militar, la más grande del país, pero será, para todos los efectos, completamente nueva, incluyendo su propia pista para vuelos militares.
La planificación que han hecho distintas empresas e instancias gubernamentales, coordinadas por el general Vallejo, se ha ido transformando en la misma medida en que se han debido encarar los problemas de la planificación inicial, que no fue realizada por los ingenieros de la Sedena (por ejemplo, el tema del cerro de Paula, que llevó a modificar la orientación de las pistas). El Plan Maestro del aeropuerto ya está terminado, en proceso de aprobación final y será público en unos días más.
Pero los aeropuertos se construyen desde el cielo hacia la tierra. Uno de los grandes debates es el del espacio aéreo de navegación. ¿Pueden operar eficientemente los tres aeropuertos, el actual, el de Toluca y el de Santa Lucía, sin interferencias aéreas? Utilizando el actual y añejo sistema, llamado de alertas, no. Por eso se cambiará todo el sistema de navegación por uno nuevo, que ya se utiliza en los principales aeropuertos del mundo, computarizado, que utiliza satélites y características de las aeronaves para poder realizar los acercamientos desde diferentes altitudes, lo que, aseguran, le permitirá operar sin problemas incluso triplicando los flujos actuales. Ese nuevo sistema es el que está diseñando NavBlue, la empresa francesa, y tiene ya un avance del 85% y se comenzará a utilizar primero, mientras se construye Santa Lucía, en el AICM y en Toluca, porque obliga a adecuar todo el sistema de aeronavegación nacional.
Ya con esos dos elementos, el Plan Maestro y el nuevo sistema de aeronavegación se presentará a la aprobación de las autoridades aéreas nacionales e internacionales. Todos los demás permisos, desde impacto ambiental hasta de zonas arqueológicas, ya están aprobados y vigentes, por cierto, se encontraron restos de ocho mamuts mientras se hacían las excavaciones de las nuevas pistas.
Éstas tienen un avance notable y para su construcción se están utilizando materiales del propio terreno de Santa Lucía y muchos que provienen de las obras de Texcoco. También están avanzados los trabajos de cimentación de la terminal, de la sala de pasajeros y de la torre de control. Las obras de la primera etapa ocupan un espacio tres veces mayor que el actual AICM y se tiene como zona de reserva amplios terrenos propios y adquiridos para uso futuro.
No veo problemas en el proyecto de construcción, tampoco en el sistema de aeronavegación. Lo que aún está embrionario es la conectividad. No es solamente que el aeropuerto esté lejos, muchos en la actualidad lo están, sino que las vías de comunicación actuales con la zona son muy deficientes y en hora pico pueden ser intransitables. Existen numerosos proyectos, desde ampliación de trenes, metrobuses y otros sistemas, pero la mayoría de quienes van al aeropuerto lo harán en automóvil. Ya se desechó la idea de crear una suerte de autopista confinada que fuera del AICM a Santa Lucía y se optará por ampliar o mejorar otras vialidades.
El aeropuerto se construirá en tiempo y forma, el diseño no es lujoso, pero sí muy eficiente. Me aseguran que el tema del espacio aéreo ya está solucionado. El desafío pendiente es lograr una conectividad que permita llegar y salir al aeropuerto sin contratiempos y con eficiencia.