Orizaba.- Todo transcurría de manera normal, la gente caminaba realizando sus actividades en la avenida Oriente 6 de Orizaba, pero de repente, la activación de armas de fuego provocaron que la mañana de ayer se volviera llena de pánico, temor y zozobra al no saber qué sucedía.
Los trabajadores del hotel Trueba, en donde se escuchaban las detonaciones de arma de fuego, se miraban entre sí con ojos llenos de temor; lo único que hicieron fue lanzarse al piso para resguardar su integridad.
“Se escuchaban los balazos, todos nos cubríamos como podíamos, pero más miedo me dio cuando de repente todo se quedó en silencio, no sabíamos si correr fuera del lugar o solamente quedarnos en el piso a esperar lo que pudiera suceder”, dijo un empleado del hotel Trueba, quien realizaba una llamada a sus familiares para informarles que se encontraba bien.
Las mujeres y huéspedes que se encontraban en el piso donde se originó el enfrentamiento entre los integrantes del grupo de Ayudantía del Gobernador permanecían en una área restringida, en espera de que su crisis nerviosa fuera controlada, pues habían estado justo en el momento del enfrentamiento entre el personal de Gobierno del Estado.
Minutos más tarde, poco a poco comenzaron a salir, y se dieron cuenta que la Oriente 6, entre Sur 9 y 13 había sido rodeada por elementos de la Sedena, Semar, SSP y Policía municipal de Orizaba.
A lo lejos, se podía observar el asombro en el cual permanecían los habitantes que pasaban por el lugar y observaban el cerco de elementos castrenses fuertemente armados, encapuchados y que no permitían el acceso a la zona de Oriente 6 y Sur 11.
Luego de varias horas, y al comprobar que no había ningún riesgo, permitieron el paso de personas, quienes al llegar al hotel Trueba, se quedaban sorprendidos por los impactos de bala que había en los cristales.
Comentaban diversas hipótesis al no conocer lo que realmente había sucedido; minutos más tarde, los elementos policiacos y castrenses se retiraron, siendo reabiertas las calles como si nada hubiera pasado.
ANABEL F. SALAZAR
El Buen Tono