Un grupo internacional de científicos basados en China ha diseñado una manera ecológica de convertir los desechos plásticos no biodegradables en una fuente de energía renovable.
El descubrimiento se produce tras una serie de experimentos de laboratorio que permitieron descomponer la basura plástica hasta obtener ácido fórmico: un compuesto químico que puede ser útil para generar electricidad en centrales térmicas y en automóviles. Por medio de un proceso “totalmente renovable” se pretende reducir tanto la contaminación de los océanos como las emisiones atmosféricas de dióxido de carbono.
Para hacer posible esta transformación, el equipo de investigación eligió el vanadio como catalizador. Según detalla un comunicado emitido el 11 de diciembre por la Universidad Tecnológica de Nanyang, este es un metal asequible que a menudo incluyen las aleaciones de acero y que no perjudica al medio ambiente.