Por Andrés Timoteo / columnista
CAYÓ EL SINIESTRO
Una buena nueva, el exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio calderonista, Genaro García Luna, fue detenido en Estados Unidos para ser llevado ante los tribunales por su colusión con el Cártel de Sinaloa del cual recibió sobornos millonarios para dejarlo operar e incluso para poner a su disposición acciones policíacas e información estratégica a fin de que predominara sobre las otras organizaciones criminales.
Eso es lo bueno, su captura, aunque lo malo es que no la hizo ni promovió el Gobierno mexicano sino el estadounidense. En el País vecino también fue juzgado y condenado a prisión perpetua el líder de la organización criminal que inculpó a García Luna, el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
La noticia es también reveladora. Los mexicanos padecieron a García Luna, uno de los personajes más siniestros de los últimos tiempos que llegó a ser tan poderoso que incluso hizo montajes mediáticos, con la complicidad de las principales televisoras del País -Televisa y TV Azteca- para simular que combatía al crimen organizado y capturaba bandas de malhechores. Algunos de esos tinglados ya se cayeron.
Por otro lado, su detención y procesamiento judicial desbarata el mito de que durante el Gobierno del panista Felipe Calderón se hizo “la guerra al narco” a fin de recuperar espacios públicos, menguar el tráfico de droga e imponer la Ley. No, en realidad fue una guerra para beneficiar a un solo cartel, el de Sinaloa, con el que hizo tratos el calderonismo, y diezmar a las organizaciones criminales que eran sus rivales.
Siete años después de aquellos días de plomo y sangre -que por desgracia continúan hasta el presente-, García Luna está preso y eso hay que celebrárselo a Donald Trump.
Por cierto, en este contexto, crece la versión de que el presidente norteamericano aceptó no decretar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y así no aplicar las leyes extraterritoriales para combatirlos en suelo mexicano, a cambio de que el gobierno lopezobradorista detuviera a Nemesio Oceguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y lo extraditara junto con su hijo, Rubén Oseguera González, “El Menchito” quien está preso desde el 2015.
Ahí puso en un brete al tabasqueño que había prometido “abrazos y no balazos” a los malosos y hasta les anticipó la amnistía por decreto desde su campaña electoral. ¿Quién lo iba a decir? Tanto que los mexicanos odian a Trump y ahora deben agradecerle que obligue al gobierno mexicano a combatir al crimen organizado. Las vueltas que da la vida.
DANTE 2024
En novelista español Antonio Machado dijo alguna vez que el político debe ser visionario y hábil para “colocar la vela donde sopla el viento y no al revés, pretender que el viento sople donde coloca la vela”. En lenguaje practico significa que debe atender los tiempos y las circunstancias para ubicarse en ellos en vez de esperar que ambos se adapten a sus pretensiones personales.
Ahora, las circunstancias y los tiempos en Veracruz parecen correr hacia el exgobernador Dante Delgado Rannauro erigiéndolo como una de las opciones para reivindicar el quehacer político y gubernamental luego del desastroso periodo fidelista-duartista, el inacabado cambio iniciado por el yunismo y el evidente fracaso y retroceso que representa el cuitlahuismo.
Delgado Rannauro es un conocedor de la política y sus deducciones han resultado atinadas hasta la fecha. En el 2004, cuando contendió contra el innombrable, calificó a este como “un merolico” que le iba a salir muy caro a Veracruz. Y acertó.
Pasó el tiempo y en esas volteretas del destino, las circunstancias lo retuvieron en la oposición. Si no se hubiera distanciado de Andrés Manuel López Obrador desde el 2014, ahora sería el Gobernador en Veracruz y otra historia se estaría contando, pero el tiempo condicional no existe, aunque sí las consecuencias de lo que no fue.
El Gobierno Estatal enfrenta una declive temprana y no son pocos los pronósticos de castigo electoral. En el panismo, la oposición más numerosa, no se vislumbra un candidato fuerte para el 2024, aunque se ha mencionado que el competidor del 2018, Miguel Ángel Yunes Márquez –a quien Dante Delgado arropó en su momento- podría repetir en la contienda y otros señalan al senador Julen Rementería como también disputante de la candidatura.
Sin embargo, el primero no termina de sanar heridas del 2018 ni ha comenzado a construir el andamiaje para la revancha y el segundo representa una derrota anticipada, pactada desde ya por la nueva dirigencia estatal del blanquiazul que impulsa un panismo marrón por sus acuerdos con el morenismo. Entonces, la oposición política de Veracruz gira el rostro hacia Delgado Rannauro.
El exgobernador derrotaría a cualquier abanderado de Morena si logra consolidar una coalición partidista que cierre el paso a la infiltración, los esquiroles y las carretadas de dinero que destinará Palacio de Gobierno. Los vientos parecen soplar a favor de Dante Delgado y si el yunismo azul le devuelve la cortesía política que tuvo el año pasado cuando el exalcalde boqueño era candidato, habrá una carta ganadora para el 2024 y se abortaría las pretensiones del panismo marrón para facilitar la permanencia del morenismo.
Por lo pronto, el exgobernador rindió el lunes pasado su informe de gestión senatorial a un año de haber llegado a la cámara alta. Lo hizo en Boca del Río, el bastión más vallado de la oposición azul en la entidad, y estuvo acompañado por políticos y empresarios de todos los colores, algunos de ellos listos para el rejuego electoral venidero como el presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos, una de las cabezas visibles de la oposición antiobradorista que resonará en el 2024.
Además, lo acompañaron los exgobernadores de Yucatán, Tlaxcala, Hidalgo, Chiapas, Guerrero y de la Ciudad de México y otros actores del tapete político. El cordobés, guste o no, se perfila como la opción -la tercera vía dicen algunos, después de Morena y el PAN- por la que se decantaría el voto de los veracruzanos en los comicios del 2024. Los vientos parecen soplar en esa dirección.