Orizaba.- Con su partida, la señora Maty Francos de Diez deja un gran legado entre la sociedad y el recuento de sus actividades sería interminable, una mujer ejemplar y amorosa guerrera, es como la definen no sólo sus allegados, sino quien sabe de ella.
Sus hijos: Maty, Juan Manuel, Maricruz, Marichú, Flor, Nieves y Elías Diez Francos, aprendieron de ella a celebrar la vida de alegría y solidaridad con los más necesitados, así era doña Maty a quien muchos recuerdan por haber sembrado con sus propias manos algunos árboles de la Alameda y las palmeras del camellón de Oriente 6.
Pero son muchas más las acciones que tejen la historia de su obra social, no sólo en la ciudad a la que tanto amó, sino en la sierra donde las mujeres y los niños que reiteradamente la recibieron como parte de las obras de caridad que siempre tenía, quedaron impresos en sus creaciones como parte del gusto por la pintura.
En Orizaba, el barrio de los Diez, San Juan de Dios, como ella le bautizó, porque ahí jugaron durante la infancia sus hijos, tiene muchas anécdotas que contaba a través de algunas de sus más de 150 pinturas, mismas que pudo recibir con inmensa alegría como regalo de cumpleaños, gracias a que sus hijos las conjuntaron para editar un libro.
De las expresiones más recordadas entre quienes la conocieron y convivieron con ella está en la que manifestaba su amor por Orizaba, porque aquí nacieron sus siete hijos, así que el siete era su número preferido y aprendió a amar a España porque su papá era de aquel país y ella se casó con un Español, el Señor Juan Diez Alonso con quien ya se reunió de acuerdo con la fe cristiana.
La familia Diez recibió cientos de condolencias.
Descanse en paz.
Matilde De los Santos Parada
El Buen Tono