México, D.F.- Fueron más de cinco mil firmas provenientes de muchos rincones del país las que Cuauhtémoc Cárdenas recibió con una sola encomienda: exigir al gobierno mexicano la realización de una consulta popular con carácter vinculatorio en torno a la reforma energética.
Era el medio día. El sol caía justo debajo del Monumento a la Revolución, ahí donde reposan los restos del general Lázaro Cárdenas, impulsor de la expropiación petrolera, y donde el grupo de artistas llamados “El grito más fuerte” citó para entregar lo que, dijeron, era la voluntad del pueblo.
Con su mano izquierda guardada en el bolsillo y voz serena, el hijo del expresidente michoacano aseguró que con esas firmas sumaban dos millones, requisito para exigir que se realice el ejercicio ciudadano.
Luego, criticó que la reforma energética aprobada por los legisladores. “Es la cesión que el gobierno y sus aliados hacen del subsuelo del país para que quede sujeto a las voluntades y disposiciones de intereses ajenos y contrarios a los de México y la mayoría de los mexicanos”, dijo.
Cárdenas Solórzano destacó que en este acto se exigía el respeto “al derecho a ser consultados para revertir las reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucional”.
Y mientras pronunciaba su discurso, un hombre de vestimenta sencilla, y una bolsa en la que guardaba herramientas de albañilería se acercó al mitin y secundó: “a mí nadie me preguntó nada”.
El llamado líder moral de la izquierda agradeció a la comunidad artística que forma “El grito más fuerte” por dar el ejemplo a la sociedad para exigir que se cumplan los derechos escritos en la Constitución.
En un discurso de apenas cinco minutos, Cuauhtémoc Cárdenas convocó a los presentes a gritar por México y por la consulta. Y dijo tajante: “estoy cierto, por lo que he podido percibir de todo el país, que esta reforma (energética), con la consulta o sin la consulta, tiempo más o tiempo menos, será revertida por voluntad del pueblo mexicano”.
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