Ocho personas murieron quemadas el domingo en Chile. El país sudamericano tiene a seis de sus grandes ciudades bajo estado de emergencia –lo que restringe las libertades de reunión y movilización– tras protestas estudiantiles masivas que estallaron por el alza de tarifas en el metro y derivaron en turbación social y actos vandálicos.
El caos en la capital chilena se extendió al aeropuerto internacional, donde un par de aerolíneas chilenas suspendieron o reprogramaron sus vuelos, afectando a más de mil 400 personas.
El presidente Sebastián Piñera se reunió el domingo con los presidentes del Poder Legislativo y Judicial para facilitar soluciones a la actual crisis “y apuntar a reducir las desigualdades excesivas, las inequidades, los abusos, que persisten en nuestra sociedad”, dijo en un discurso desde el palacio de gobierno.
Agregó que además envió al Congreso un proyecto de ley para anular el alza tarifaria del subterráneo de Santiago (de 1.12 a 1.16 dólares), vigente hace dos semanas y que desató el lunes pasado manifestaciones estudiantiles que se tradujeron en usar el servicio sin pagar. Asimismo, derivaron en protestas masivas que concluyeron con un vandalismo generalizado en la capital chilena y ciudades del interior.