“Triste y enfadada”, la adolescente activista climática Greta Thunberg impactó este lunes con toda la rabia de un meteorito en la sede de Naciones Unidas para recriminar a los líderes mundiales su inacción para revertir la crisis climática y para decirles que los jóvenes sí van a actuar.
Inmediatamente después de su intervención, junto a otros quince niños y jóvenes de distintos países, presentó una queja oficial ante el Comité de Naciones Unidas para los Derechos del Niño, para protestar por la falta de acción de los Gobiernos ante el calentamiento global.