Amatlán.- Un grupo de vecinos de la colonia La Selva cometieron ecocidio al hacer el derribe de siete árboles de 12 que tenían programados, a fin de que el Ayuntamiento les construya banquetas y guarniciones en el lugar.
Esta situación causó la inconformidad de otros residentes por el daño al medio ambiente y porque carecen de los permisos correspondientes para llevar a cabo tal acción.
Luego de solicitarle al agente municipal, Arturo González, que detuviera la tala, un grupo de residentes determinaron que se lleve a cabo una junta para que participen todos los involucrados y la decisión no sea de unos cuantos, luego de que no todos estaban informados para tomar la decisión, además de que no contaban con los permisos correspondientes.
Ya que conforme a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable las instancias indicadas para otorgar los permisos son la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de México (Profepa) y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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“La tala que hicieron es un atentado contra la naturaleza, se trata de unos nueve ficus y un almendro los que pretenden quitar, mismos que fueron sembrados hace 25 años en el atrio de la parroquia y ahora los cortan con sierra porque dicen que estorban para una obra, cuando se pueden hacer acciones para evitarlo y tener infraestructura”, expresó Alfonso Hernández.
Recordó que en 1994 sembró 32 plantas en la colonia La Selva, de los cuales varios fueron colocados alrededor del atrio para la sombra de los niños que acudían a jugar al área verde, pero ayer fueron quitados y sabía que así pasaría con otros de las calles aledañas por estorbar en donde serían la construcción de banquetas.
La presidenta del Comité de Obra reconoció que ella fue quien contrató a los trabajadores que con sierra eléctrica, conectada desde su vivienda, cortaban con rapidez los ejemplares, ya que tan sólo en una hora derribaron dos.
Al hacer una pausa por la inconformidad de algunos vecinos, de forma irónica después de haber cumplido con su labor tomaban su refresco a la sombra del próximo árbol a derribar, más no en los troncos o sobre las raíces de los derribados donde daban los rayos del Sol al mediodía, cuando el calor era intenso.
Una vecina que desconocía la situación indicó que pensaba que sólo desramarían, por ello aportó 100 pesos para la acción y para obtener un poco de madera, desconociendo que era para retirarlos de raíz del parque, porque estorban para construcción de las banquetas y guarniciones, estas últimas ya marcadas debidamente.
El agente municipal, Arturo González, indicó que tenía permiso del Ayuntamiento, el documento expresa “libere el espacio donde se construirán las banquetas aclarando “me refiero se elimine la maleza y objetos que resulten estorbosos durante la construcción de las banquetas”.
Pero ni él, ni la encargada del Comité de Obra cuentan con permisos para la tala de ninguna especie en el lugar.
Ante la presión de los vecinos uno de ellos se vio obligado a cortar un árbol que estaba enfrente de su casa, no porque quisiera, sino porque de otra forma no se construiría la banqueta que requieren.
Autoridades indicaron ellas no talaron; sin embargo, esperan una reunión con los vecinos, a fin de que puedan conciliar y llegar a un acuerdo sin dañar la naturaleza, como ha ocurrido en otras congregaciones del municipio, pero el daño ya está hecho.
