Con 151 millones de membresías en 190 países del mundo, Netflix es un verdadero gigante del entretenimiento en Internet y líder en el mundo. La premisa de hacer más cómodo el ver cintas desde la casa se volvió una idea millonaria, pero no fue fácil que el mundo creyera en ella.
El fundador de Netflix, Marc Randolph, cuenta para el periódico británico que todo emanó en un auto, en 1997. Cuando junto con un amigo Reed Hasting imaginaban ideas que pudieran convertirse en productos que los convirtiera en grandes empresarios. En medio de una conversión casual en la que ambos se quejaban de lo difícil que era rentar una película cuando la deseaban o tener que recordar devolverla, surgió la idea de enviarlas a domicilio.
Realizando una alianza con Reed Hastings, Marc Randolph se unió con el empresario con quien después fundaría Netflix, y que es su actual director ejecutivo, para llevar su idea a la cima. Innovadores desde un inicio, optaron por los recién salidos DVDs y junto a inversores, ambos empresarios se lanzaron al ataque.
“‘En tres años queremos estar entre las diez cadenas de videoclubs más importantes’. ¿Qué patético, verdad? Quería alcanzar el tamaño de una sola tienda de Blockbuster”, fue una de las notas que escribió en 1998, cuenta para The Guardian.
El fundador de Netflix explica al medio impreso que se le propuso al CEO de Blockbuster, John Antioco, comprar Netflix por 50 millones de dólares, pero algo del empresario les hizo comprender que definitivamente no aceptaría: estaba a punto de estallar en carcajadas.
“Te montas en un avión, llegas a las oficinas de Blockbuster, intentas venderles tu empresa y se ríen de ti”.
Después de esa reunión sólo les quedó una salida: darles competencia. Y sí, esa desafortunada reunión fue lo mejor que les pudo pasar.
“Blockbuster tenía 9 mil establecimientos. Ahora sólo queda uno”, dice Marc Randolph.