Reporteros sin Fronteras pide a las autoridades competentes que ofrezcan lo antes posible protección a Eva Durán, quien fue víctima de amenazas el 18 de enero de 2014 y desde entonces se ve obligada a esconderse fuera de la región. La periodista, que vive en Cartagena, en el departamento de Bolívar (norte), y es ferviente defensora de los animales, aseguró que también es blanco de una campaña de descrédito por parte de ciertos medios de comunicación que se encuentran bajo el control de los gobiernos y poderes locales.
“En un país como Colombia, amenazas como las recibidas por Eva Durán deben tomarse en serio.Las críticas a ciertas autoridades puede afectar gravemente la seguridad de los periodistas que hacen eco de ellas. Es imperativo que la investigación determine lo más rápido posible de dónde provienen estas amenazas a la vida de Eva Durán y que la periodista cuente, junto con su familia, con un dispositivo de seguridad adecuado al riesgo que corre”, señaló Reporteros sin Fronteras.
El 18 de enero Eva Durán recibió una llamada telefónica en la que una voz masculina la amenazaba con hacerla callar cortándole la lengua. El individuo mencionó la dirección exacta de la casa de la periodista, incluso describió la ropa que llevaba puesta cuando recibió la llamada. Ese mismo día la familia de Eva Durán fue contactada por un desconocido que decía buscarla.
Eva Durán, periodista independiente, recientemente dio a conocer un contrato por mil millones de pesos por parte de la Alcaldía de Barranquilla (aproximadamente 526,000 dólares) para la construcción de un lugar de sacrificio de mascotas abandonadas y otros animales de la calle. En su testimonio, transmitido a Reporteros sin Fronteras, asegura que su investigación provocó la hostilidad de una parte de la prensa, con la que incluso ha colaborado, debido a sus fuertes críticas a las autoridades municipales.
La costa colombiana, apreciada región turística, es también bastión de organizaciones paramilitares que han reinvertido allí, por mucho, el producto de sus actividades mafiosas.