por: Mauricio Flores/ columnista
Hosto y la promesa presidencial
Una de las principales ofertas del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Refinería de Dos Bocas cuya ejecución Roció Nahale tiene como primer riesgo no el modelo de negocios (es viable sí logra rentabilidad de 13% y un modelo fiscal ligero) o la opinión de las agencias calificadoras; tampoco la delicada tarea de remediación ambiental pues un plan bien trazado y mejor vigilado puede remediar la selva afectada; el riesgo inicial es constructivo en los paquete 4 y 6 encargados para liderar a Grupo Hosto.
Pese a los esfuerzos de la secretaria Nahle, la ruta crítica para arrancar en 3 años está en riesgo por la trayectoria probada de Grupo Hostotipaquillo de Abraham Baruch Zepeda con su largo historial de incumplimientos y en tiempos de entrega y sobrecostos. Por ejemplo, como botón de muestra, Hosto se rezagó más de 400 días en trabajos de reparación en la Refinería General Lázaro Cárdenas de Minatitlán y sobrecostos arriba del 50% sobre el originalmente contratado… o los 5 meses que se aventó en rezago (pero muy bien cobrado en 240 millones de pesos) en el mantenimiento de la Planta Combinada Maya en el contrato 520008246.
Ese historial es grave pues Hosto encabezará la construcción de la planta regeneradora de gas y minas así como los trabajos de integración, edificios y urbanización al interior de Dos Bocas, cuando no se conocen los precios ni valor total de la contratación.
De hecho Grupo Hosto puede ser apuntado como uno de los co-responsables en la abrupta caída de la producción de gasolinas durante el gobierno de Enrique Peña: lleva un rezago que va para 500 días en la rehabilitación de la planta catalítica FCC2 de la refinería Ingeniero Héctor Lara Sosa en Cadereyta pero donde cobraría un sobreprecio de casi 2.5 veces sobre los originalmente contratado con Pemex. Ese historial de Hosto de contratar con precios bajos mediante para luego exigir pagos extraordinarios y generar grandes rezagos, no debería pasar desapercibido a Leonardo Cornejo.
No se juega con la palabra del presidente.
NAIM, los costos ocultos
De acuerdo a los cálculos del secretario Javier Jiménez Espriú, se pagó en total 75,233 millones de pesos a las constructoras por la cancelación del NAIM, una cifra de por sí enorme (equivalente al valor calculado para la infraestructura aeroportuaria de Santa Lucía) pero que podría casi duplicarse si se considera a) el 20% de los terrenos para el inicialmente adquiridos en Texcoco por el gobierno de Felipe Calderón mas 3% adicional con Enrique Peña; b) los intereses pagados a Fibra E, Afores y los tenedores de bonos más los pendientes de otros 4,200 mil millones de dólares; c) comisión de los agentes colocadores de los bonos; d) estudios y diseños irrecuperables del proyecto; e) materiales irrecuperables como pistas y cimentación; f) remediación del suelo como ordena el resolutivo del manifiesto de impacto ambiental entregado por Semarnat a cargo hoy de Víctor Manuel Toledo. ¿Quién paga?
Puntos para Sheinbaum
Además de poner en marcha un atractivo proyecto de financiamiento a bajas tasas para Pymes junto con la CANACINTRA que encabeza Enoch Castellanos, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum apuntala la inversión privada en el mantenimiento y rediseño de espacios públicos como es el caso de la inversión inicial de 430 millones de pesos que IPKON para generar espacios publicitarios amables e iluminados con lámparas LED en túneles vehiculares en 102 ubicaciones de las principales vialidades de la CDMX. La firma que lidera Hugo Camou ejercerá además 5 millones de pesos mensuales en mantenimiento. Un ganar ganar.
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@mfloresarellano