Investigadores alemanes e italianos han ideado un nuevo método para determinar en qué punto se ubicará el respiradero de un volcán cuando éste entre en erupción, un dato difícil de obtener hasta ahora pero de importancia a la hora de poder proteger las poblaciones cercanas. Este sistema lo presentan en un estudio que se publica en la revista Science Advances.
La mayoría de las veces que aparece la erupción de un volcán en la televisión o en Internet, el magma se dispara desde su cima, pero no es tan raro que brote desde el flanco del volcán en lugar de su cumbre.
Después de abandonar la cámara subterránea, el magma se abre paso lateralmente al fracturar la roca, a veces durante decenas de kilómetros. Luego, cuando rompe la superficie de la Tierra, forma uno o más respiraderos por los que se derrama, a veces de forma explosiva. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en Bardarbunga en Islandia en agosto de 2014 y en Kilauea en Hawai en agosto de 2018.