Por Andrés Timoteo / columnista
El próximo fin de semana se realizará la novena gira del presidente Andrés Manuel López Obrador por Veracruz y será la tercera en la que tocará la zona Centro de la entidad. Concretamente el domingo estará en Zongolica y Coscomatepec donde supervisará unidades médicas, de acuerdo con la agenda que se ha conocido.
Un día antes, el sábado, el Mandatario acudirá a Jáltipan y Tierra Blanca. En ese último municipio estará acompañado por el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, con el que visitará el vivero que provee plantas para el programa federal Sembrando vida, con el cual se pretende reforestar grandes extensiones del País y también impulsar el cultivo de árboles frutales y maderables.
La entidad veracruzana es una de las ocho donde ya está activo dicho programa -las otras son Chiapas, Tabasco, Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Durango y Puebla- y a cada pequeño propietario que ingrese en el mismo se le pagarán 5 mil pesos mensuales, además de la dotación de plantas, para la reforestación y la agro explotación. En todo el sexenio se busca sembrar 133 millones de árboles y se generarán, según los cálculos del Gobierno Federal, unos 400 mil empleos.
Dicho programa modelo se le mostrará al Presidente hondureño porque, como todos saben, se busca que los países de Centroamérica retengan a sus pobladores con proyectos productivos y frenen el éxodo de migrantes hacia los Estados Unidos que forzosamente tienen que transitar por México.
El problema es que acá el programa Sembrando vida absorberá un presupuesto de 24 mil millones de pesos anuales, dinero que no tiene Honduras que es un País paupérrimo y además afectado por una corrupción galopante. Y ahí salta la duda si el Gobierno mexicano sólo mostrará el modelo agroforestal a Honduras o financiará un proyecto similar en ese País, como ya lo hizo en El Salvador.
El pasado mes de junio, el Gobierno lopezobradorista donó 30 millones de dólares al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para iniciar el mismo programa Sembrando vida en aquella Nación expulsora de migrantes, lo que le valió la crítica generalizada porque el presupuesto se envía al extranjero en lugar de invertirlo en suelo mexicano que tanto lo necesita.
La acción es, por supuesto, parte de las maniobras que el gobierno de López Obrador realiza para disminuir el flujo de migrantes en la frontera Norte y cumplir con lo prometido al norteamericano Donald Trump. Destinar inversión pública en el extranjero cuando a nivel local hay pobreza similar es lo que la sabiduría popular llama ser “candil de la calle y oscuridad de la casa”. ¿Acaso le dará otros 30 millones de dólares -575 millones de pesos- a Honduras cuando el campo y los bosques mexicanos languidecen en la miseria?
Pero volviendo a la gira presidencial, es claro que Veracruz es la entidad más visitada por el tabasqueño desde que inició su gestión presidencial. El fin de semana pasado efectuó la octava visita tocando el municipio de Chicontepec, en la zona huasteca, para supervisar el hospital rural del IMSS y ahí hubo, por supuesto, un mensaje en el terreno político.
¿Cuál fue? Que esta vez no hubo porras ni le alzó la mano al gobernante estatal. No al menos en público. En su discurso apenas si hubo una alusión a él, pero en referencia a que coordinación presupuestaria entre la Federación y el Estado, nada más. No lo vitoreó como en anteriores ocasiones.
¿Será porque en su cara lo engañó sobre la inexistencia de parentesco entre él y su primo Eleazar Guerrero, a quien pese al parentesco está como subsecretario de Finanzas? Podría ser, pese a la especulación no son pocos los analistas que aseguran que el tabasqueño está molesto por la mentira del veracruzano en cadena nacional, cuando en una conferencia matutina lo cuestionaron sobre el tema y negó ser familiar del funcionario. Tampoco ha corregido el evidente nepotismo.
Lo anterior, a pesar de que García Jiménez hizo intentos de congraciarse presumiendo que conocía bien la realidad de la Huasteca Veracruzana, porque sus padres fueron profesores rurales en Chicontepec y su administración remoza 156 centros de Salud. No hubo eco del tabasqueño. Los expertos dicen que tanto en el quehacer periodístico como en el político los silencios, las omisiones y las ausencias también se deben leer.