Más de una ocasión, en este mismo espacio, aludimos a la necesidad de que la oposición partidista -“lo que de ella queda…”, diría alguno con mal disimulada sorna- afine estrategias y concrete exigencias ante la dupla gobierno-PRI que, al margen de otras consideraciones, sigue avanzando en el logro de los propósitos legislativos, por ejemplo, sin tener que pagar el costo que por su coyuntural apoyo a iniciativas o reformas de mayor o menor calado acordó con PAN y PRD.
Lo anterior viene a cuenta luego de que la condicionante reforma constitucional en materia político-electoral, a diferencia de la energética, continúa enfrentando obstáculos para ser aprobada en legislativos locales de mayoría priista, a 15 días escasos antes del inicio del periodo ordinario del Congreso federal que, vale recordar, deberá aprobar la reglamentación secundaria de la misma, algo así como una docena de cambios a distintos ordenamientos y, al menos, dos nuevas leyes, cualquiera de ellas compleja y difícil de consensuar.
Hasta ayer, sólo diez de los 16 congresos estatales, que como mínimo deben hacerlo, habían avalado el cambio que, aún, deberá esperar a su necesaria promulgación por parte del presidente Peña Nieto para cobrar plena vigencia.
Al margen de lo anterior, sin embargo, es menester destacar que, el lunes, panistas encabezados por su administrador en turno, Gustavo Madero, habrían visitado el Instituto Federal Electoral (IFE) para, con los cuatro (de nueve) consejeros restantes, conversar y, eventualmente, asumir acuerdos que permitan dar mayor celeridad a la elaboración y búsqueda de consensos en torno a la legislación secundaria de la político-electoral que, insistieron ahí los azules, “deberá ser aprobada antes de entrar a la discusión y evaluación de la correspondiente a la constitucional energética…”.
Otra vez pues, a juzgar por lo citado, el blanquiazul estaría dejando claro el mensaje de que, como en el pasado reciente, una reforma condiciona a la otra y que poco o nada podrá avanzar la discusión y eventual aval de la reglamentación que permita implementar la más importante y estratégica de las reformas aprobadas en 2013 si los tricolores no aprueban antes el cambio a favor de una mayor y más plena democratización.
Habrá que ver si, de nueva cuenta, el toma y daca legislativo montado por las partes arroja resultados…
Asteriscos
* Antes de que concluya enero, el 25 para ser exactos, y luego de formalizar -presumiblemente en las próximas horas- su decisión de no insistir, por ahora, en el esfuerzo por ser reconocido como partido político nacional, el Movimiento Concertación Mexicana, que fundó y lidera Manuel Espino Barrientos, realizará una Asamblea Nacional en la que formalizará la estructura nacional del mismo y, entre otras cosas, definirá reglas y procedimientos para la realización de alianzas electorales con otras fuerzas políticas y la búsqueda de registro como partido a nivel estatal.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.