Ahora ya es una realidad el famoso teleférico, así como la obligada estación de recepción en la cima del cerro y la anunciada instalación de cabañas prefabricadas ahí mismo, las cuales obviamente, requerirán a su vez de un servicio de restaurant, bar y fuente de sodas. Estas nuevas instalaciones en el Cerro del Borrego anexadas al paseo del río, no dudamos formarán parte importantísima del atractivo turístico de nuestra ciudad, ¡bien por todos los que intervinieron para lograrlo!
Sin embargo, es necesario aclarar (aunque estoy seguro que todo ya ha sido previsto por nuestro innovador Alcalde) que toda esta infraestructura requerirá de un soporte muy especial: por principio de cuentas la construcción de una planeada caseta que dé albergue a un guardabosques PROFESIONAL, además de que éste deberá contar con un personal, capacitado y con un equipo con todos los enceres necesarios para prevenir y combatir los incendios que cual rosario nocturno, adornaron la cima del cerro en tantas ocasiones pasadas y que caracterizaron a la temporada veraniega. Se debe tener en cuenta que el visitante transportado por el teleférico, no será el clásico deportista que acude al lugar, el cual preocupado por su físico y salud es más responsable en el aspecto ecologista, por el contrario, serán turistas normales los cuales deseosos de diversión podrían ser menos respetuosos del medioambiente; lógicamente, y conjuntamente con el aumento de visitantes, aumentará el número de imprudentes que tirando cigarrillos o queriendo bailar y tomar bebidas embriagantes alrededor de fogatas, incrementará en un alto grado la probabilidad de que dichos incendios sucedan, los cuales podrían terminar en un desastre ecológico. Tendrá también que haber un estricto control de la basura que los visitantes pudieran generar y que consecuentemente pudiera contaminar el área.
Por otra parte el arribo de turismo económicamente fuerte atraerá a una gran parte de malandrines que buscarán sacar provecho de la soledad del lugar como sucedió alguna vez en el paseo del río, lo cual obligará también a la creación de una meticulosa vigilancia por una policía PROFESIONAL que dé una máxima seguridad a los paseantes.
¡Qué bien que las autoridades no se hayan engolosinado y decidieran retrasar el poner en activo el teleférico! y todos nosotros no debemos desesperar y resignarnos hasta que las condiciones de seguridad tanto para los visitantes como para la ecología del lugar se garanticen. En caso de que se quisiera iniciar la operación, sugerimos que sólo se hagan recorridos redondos.
