Por José Miguel Cobián / columnista
Después de que Víctor Trujillo en su caracterización de Brozo dijo en su programa que la mañanera de AMLO tiene una mala producción, con periodistas y preguntas a modo, y luego añadió que ¨la perrada¨ se traga todo lo que allí se presenta, sucedió lo que podía esperarse, cuando no hay suficiente estrategia.
Quien esto escribe, supone que Epigmenio Ibarra y John Ackerman dieron la orden a un sector pagado por ellos (con dinero de quien sabe dónde aunque supongo que de las participaciones que recibe Morena), de atacar de manera inmisericorde en las redes sociales al payaso tenebroso.
Su servidor comentó en sus propias redes, que esos ataques no le harían nada a Brozo. Curiosamente le generaron hasta 15,000 seguidores adicionales en un fin de semana a su programa en Youtube.
Brozo explica en un programa posterior, que el término ¨la perrada¨, es parte del lenguaje que ha utilizado desde hace más de treinta años su personaje. Y resalta la existencia de ese grupo que él denomina ¨hordas¨, que fueron parte de las redes que llevaron al poder a AMLO, siguen formando parte de lo que él denomina ¨el ganso oficio¨, quienes harán que pague quien no esté de acuerdo, mediante un linchamiento mediático, y recalca que eso servirá para que el presidente en alguna mañanera posterior salga a decir que tengan cuidado aquéllos que se pasan en sus críticas, pues no será él quien los sancione, sino el pueblo bueno, la gente.
Recuerda que muchos de los que en las redes lo atacaron en defensa del presidente, son los mismos que durante muchos años, atacaron al poder, intentaron frenar los excesos del poder y hoy resulta que curiosamente se vuelven defensores del poder.
Epigmenio y Ackerman cometieron un grave error, pues haber convertido a Brozo en trending topic sábado y domingo, fue un verdadero exceso, que deja en evidencia un ataque orquestado desde las alturas, y nadie más que ellos tiene la capacidad, perversidad y jerarquía para organizar esos ataques. Es decir, dejaron en evidencia la existencia de esas redes organizadas de manera vertical, con el fin de atacar y acallar a cualquier crítico.
Brozo, recordemos, le ha estado haciendo críticas y señalamientos al poder desde el Gobierno de Miguel de la Madrid, pasando por Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña. Es decir su costumbre de burlarse y señalar errores o deficiencias del poder, viene de muchos años, sólo que, aquéllos que fueron tan buenos críticos en su momento, no soportan ser tratados con el mismo rasero.
Resulta curioso escuchar al comunicador insistir en que para él ha sido un orgullo haber participado en el triunfo de López Obrador, pues México ya no aguantaba tanta porquería, ya era momento de sacudir el avispero y limpiar un poco la casa. Pero también resalta que le tiene un gran cariño y gratitud al presidente, pero de eso a firmarle un papel en blanco, no. Ni a él ni a nadie que sea presidente, pues lo importante es el país, pues a fin de cuentas, también es responsabilidad nuestra. Recuerda que AMLO está en su puesto porque fue voluntad popular llevarlo a su puesto. Por ello, se vale que quienes piensen diferente, tengan el derecho de expresarlo, no sufrir a los ganso inquisidores, frenando la libertad de expresión.
También Brozo no deja de señalar que estuvo jugando en su programa sobre la producción que habría en lo que él llama un show mañanero, el día 10 de mayo, y comentaba que apostaba por un grupo de madrecitas al frente, las mañanitas y algún otro detalle de una producción mediocre, en un programa de entretenimiento, con personal fijo en el elenco y con preguntas a modo. Algo que Trujillo insiste en que lo nota todo mundo.
Piensa que lo quisieron linchar, por esperar que una conferencia de prensa del presidente tuviera cierto nivel, y reclama que la producción y recalca que hay producción en ¨la hora nacional¨, sea muy mediocre.
Se la ha pasado agradeciendo en todos los medios y en todos los tonos que lo hayan hecho mucho más famoso, al grado de haber incrementado brutalmente sus seguidores en un único fin de semana de fama adicional. Se burla, una y otra vez de las hordas, y recalca que seguirá diciendo lo que quiera en el idioma que se le dé la gana, sin limitación alguna.
A fin de cuentas el episodio de Brozo llevó a muchos mexicanos a sospechar la posible existencia de preguntas a modo, ya que muchos periodistas se dedican a halagar al presidente, y las preguntas de fondo brillan por su ausencia. Y si por casualidad hay una pregunta más o menos interesante, vemos al presidente desconocer del tema y salirse por la tangente.
Debido a la reacción tan virulenta y orquestada, nos hicieron pensar aquéllos que querían desviar la atención, que en realidad existe una producción y un programa en las mañaneras, debido sobre todo al agotamiento de temas, pues no es posible dar la nota todos los días, cuando la realidad muestra que lo dicho hace dos meses, todavía no comienza a llevarse a cabo.
Y por último, se comprobó no sólo la existencia de un ejército de boots, sino también otro ejército de trolls cuya única misión en la vida, es activarse y atacar a quien le indican desde las alturas del poder. Sin duda esa red de trolls cuesta dinero y fue organizada sabiamente antes de las elecciones. Hoy, resultan un atentado a la libertad de expresión y si bien por su número abruman a los trolls y bots de los adversarios, su mal manejo atenta contra la libertad de expresión.
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