De los 326 hospitales y unidades médicas sin concluir en el país, casi la mitad de los inmuebles—en los que invirtió el gobierno de Enrique Peña Nieto— son inviables y no podrán funcionar porque serían un riesgo para los ciudadanos.
De acuerdo con el reporte que la Secretaría de Salud (Ssa) entregó al presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a la conclusión y análisis de las obras en el país, 160 obras (49% de las 326) están suspendidas por considerarse que existe un riesgo.
De acuerdo con fuentes de Presidencia, algunas de las edificaciones registran fallas estructurales o no fueron bien planeadas de origen.
A pesar que el Presidente ha afirmado que todas las unidades y hospitales serán rehabilitados para su funcionamiento, el corte de abril que Salud le presentó esta semana indica que “aquellas obras que se encuentran suspendidas no podrán concluirse, toda vez que no cuentan con los mínimos [requisitos de edificación] indispensables”.
En total, “160 obras, en las cuales se invirtió presupuesto en el sexenio anterior, no podrán ponerse en funcionamiento, ya que hacerlo sería un riesgo”, precisa el documento.