Una mina antipersonas enterrada por la ex guerrilla colombiana de las FARC en la espesa selva del Darién le arrebató hace nueve años la pierna derecha a Alexander Pérez mientras patrullaba junto a una unidad de la guardia fronteriza de Panamá.
“La explosión fue en medio de la selva y el helicóptero de salvamento no podía bajar a por mí. Mis compañeros tuvieron que llevarme a hombros durante horas. Cuando desperté, tenía la pierna despiezada”, recordó a Efe el agente, quien desde entonces usa una prótesis de titanio y fibra de carbono.
Fanático del futbol y deportista desde niño, Pérez creía que nunca más podría volver a patear un balón. Lo mismo pensaban Luis Espinosa y William Mendieta, que perdieron una de sus extremidades inferiores en distintos accidentes de tráfico.
Sus vidas, sin embargo, cambiaron radicalmente el pasado enero, cuando decidieron fundar junto a otros mutilados la primera selección de futbol para amputados de Panamá.
“No sabíamos que a nivel internacional existía el fútbol para amputados y, cuando nos enteramos, no dudamos en probarlo”, reconoció Espinosa, quien desde que perdió la pierna derecha cuando conducía un camión se dedica a promocionar el deporte en silla de ruedas a través de una pequeña asociación.
“Hay muchos amputados que quieren practicar deporte, pero no quieren ni oír hablar de sillas de ruedas. Las prótesis nos hacen sentir más normales (que ir en silla) y descubrir este deporte ha sido un regalo”, agregó a Efe durante un entrenamiento.