Lo que me gusta del nuevo año es que podemos hacer borrón y cuenta nueva, y así, volver a empezar; o por lo menos creernos que eso se puede.
¿No cumpliste tu propósito de 2013 que consistía en dejar de fumar? ¡No importa! ¿Qué tanto son 365 días más repletando tus pulmones de alquitrán? ¡Lo bueno es que en este nuevo año, en una de esas, hasta lo cumples!
Y así, seguimos prometiendo una cantidad de tonterías que sabemos, de antemano, que nunca vamos a cumplir: “bajaré esos kilos de más, a partir del 1 de enero, bueno, del cinco por la rosca de reyes. Bueno… mejor después del 14 de febrero para así poder comer a gusto en la celebración de amor y amistad con el novio con el que llevo prometiendo cortar desde hace varios años–nuevos porque no me conviene. Bueno… mejor corto con él después de San Valentín, así también comienzo la dieta.
¿Pero qué tanto es tantito? Mejor bajo los kilos de más pasando la Semana Santa, porque igual los bajo, pero en vacaciones pues los voy a volver a subir ¿no? Además si los bajo y corto con mi novio ¿con quién me voy de vacaciones en semana santa?
No, mejor que pase Semana Santa y tipo para cuando llegue la primavera, ya que andemos en cosecha de lechugas pues ahí empiezo la dieta y por ahí derecho corto al novio porque como voy a estar bien buena pues así ligo más rápido.
¡Chale! ¡Ya estamos en marzo y no he ni bajado esos kilos de más —de hecho ya son más— , ni he cortado al novio, ni he renunciado al shingado trabajo que me pagan una miseria y me tratan como esclava! No pues… hum… ¿qué tal que en vez de renunciar, mando CV’s y lueeeego renuncio? ¡Claro, eso es!
¿Y los kilos de más? Pero para qué me mato en el gimnasio si ya vienen vacaciones de verano y otra vez me voy para la casa de la abuela Petuca que me da de comer como si me tuviera en engorda para Navidad. Además, para qué trueno ahora con mi novio si siempre me acompaña a donde la abuela haciendo el paseo menos aburrido. Cuando regrese, ahora sí me meto al gym, corto al novio y ¡renuncio a mi trabajo!
Uff, con tanto que pensar no he dejado de fumar. Clarito dije que apagaba mi último cigarro el 1 de enero, pero como ese día es de desencrude pues cómo no fumármelo con una cervecita y luego… hum… más bien puedo empezar no dejando de fumar sino bajándole a menos cigarros al día, porque ¿a quién engaño? Dejar de fumar así de sopetón está cañón, mejor poco a poco y cuando me de cuenta nada más estoy fumando social. Definitivamente eso es lo mejor, ser sólo fumadora social.
¡Oh no! ¡Ya viene el 15 de septiembre! Y no he bajado los kilos de más, o sí, pero a las rodillas, no he cortado a mi novio, pero es que sino con quién festejo la “Independencia de México”, no he renunciado a mi trabajo, de hecho no he mandado el primer CV y peor aún, no sólo no fumo menos sino que fumo más de lo que antes ya fumaba.
Nooooo, pues ya en septiembre y a tres meses de que se vuelva a acabar el año, más bien ahorita como cual mamut, total a partir del 1 de enero de 2015 bajo esos kilitos de más, y así, ya bien buena, ahora sí mando a la shingada a este Cirilo desgraciado que me trata como si fuera un trapo —y yo que me dejo—, ahí aprovecho para reinventarme y dejar de fumar y renuncio a mi trabajo justo para mediados de diciembre así me agarro vacaciones largas… ¿Suena mejor, no? Es que 2014 se pasó muy rápido y no me dio chance ni de agarrar la onda.”
**Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Les deseo un feliz 2014 lleno de promesas que sí cumplan, propósitos que de verdad quieran cumplir y decisiones que en serio vayan a tomar; si no, mejor ni se agobien, sigan fumando como chimeneas que total casi ni hace daño, continúen su relación con ese Cirilo que no vale ni dos centavos, no renuncien al trabajo del que tanto se quejan… total, para eso está 2015.
Feliz año nuevo, Cirilas y Cirilos 😉